- diciembre 24, 2024
Martes 24 de diciembre – LUZ Y OSCURIDAD – EPÍLOGO: CONOCER A JESÚS Y SU PALABRA
EPÍLOGO: CONOCER A JESÚS Y SU PALABRA “Ustedes escudriñan las Escrituras porque piensan que en ellas tienen la vida eterna.…
EPÍLOGO: CONOCER A JESÚS Y SU PALABRA
“Ustedes escudriñan las Escrituras porque piensan que en ellas tienen la vida eterna. ¡Ellas testifican de mí!” (Juan 5:39).
Martes: 24 de diciembre
LUZ Y OSCURIDAD
Lee Juan 1:4-10; 3:19-21; 5:35; 8:12; 9:5; 11:9, 10; 12:35. ¿Qué gran contraste se presenta aquí y por qué es tan fundamental para comprender la verdad?
Juan 1:4-10
4 En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. 5 La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella. 6 Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan. 7 Este vino por testimonio, para que diese testimonio de la luz, a fin de que todos creyesen por él. 8 No era él la luz, sino para que diese testimonio de la luz. 9 Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo. 10 En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció.
Juan 3:19-21
19 Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. 20 Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas. 21 Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios.
Juan 5:35
35 Él era antorcha que ardía y alumbraba; y vosotros quisisteis regocijaros por un tiempo en su luz.
Juan 8:12
12 Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.
Juan 9:5
5 Entre tanto que estoy en el mundo, luz soy del mundo.
Juan 11:9-10
9 Respondió Jesús: ¿No tiene el día doce horas? El que anda de día, no tropieza, porque ve la luz de este mundo; 10 pero el que anda de noche, tropieza, porque no hay luz en él.
Juan 12:35
35 Entonces Jesús les dijo: Aún por un poco está la luz entre vosotros; andad entre tanto que tenéis luz, para que no os sorprendan las tinieblas; porque el que anda en tinieblas, no sabe a dónde va.
El mundo está en tinieblas; rehúye la luz y no puede, por sí solo, encontrar el camino hacia el Dios verdadero, el Dios personal de la Creación, la Revelación y la Redención.
“Nunca puede la humanidad, por sí misma, obtener un conocimiento de lo divino. ‘Es más alta que los cielos; ¿qué harás? Es más profunda que el Seol; ¿cómo la conocerás?’ Únicamente el espíritu de adopción puede revelarnos las cosas profundas de Dios, las que ‘ojo no vio, ni oído oyó, y que jamás entraron en pensamiento humano. Pero a nosotros nos las ha revelado Dios por medio de su Espíritu’ ” (Elena G. de White, El Deseado de todas las gentes, p. 380).
Solo Jesucristo “dio a conocer” al Padre (Juan 1:18). El verbo griego así traducido es exēgeomai, que significa “interpretar”, “explicar”, “exponer”. Juan presenta a Jesús como el mensajero celestial, el que da a conocer a Dios. Solo a través de Jesús podemos conocer verdaderamente a Dios.
Lee Juan 8:42 al 44. ¿Cómo describe Jesús el falso fundamento sobre el que los líderes religiosos de Israel habían basado su fe?
Juan 8:42-44
42 Jesús entonces les dijo: Si vuestro padre fuese Dios, ciertamente me amaríais; porque yo de Dios he salido, y he venido; pues no he venido de mí mismo, sino que él me envió. 43 ¿Por qué no entendéis mi lenguaje? Porque no podéis escuchar mi palabra. 44 Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira.
Los que no están en la verdad hablan desde sus propios recursos. Ellos “ven” el significado de un texto solo desde una perspectiva humana. Por el contrario, debemos aceptar que Cristo es la luz del mundo y seguirlo en nuestra interpretación de su Palabra. Por el contrario, el diablo “habla de lo que él mismo es” (Juan 8:44). Si no tenemos cuidado y no nos rendimos en fe y obediencia a Dios, corremos el peligro de hacer lo mismo: leer el texto basándonos únicamente en nuestros propios deseos, anhelos y perspectivas, un error mucho más factible de lo que creemos.
¿Cómo respondes a las verdades de la Palabra de Dios? ¿Las aceptas con la actitud correcta o con desagrado?
Comentarios Elena G.W
Los dirigentes judíos habían estudiado las enseñanzas de los profetas acerca del reino del Mesías; pero lo habían hecho, no con un sincero deseo de conocer la verdad, sino con el propósito de hallar evidencia con que sostener sus ambiciosas esperanzas. Cuando Cristo vino de una manera contraria a sus expectativas, no quisieron recibirle; y a fin de justificarse, trataron de probar que era un impostor. Una vez que hubieron asentado los pies en esta senda, fue fácil para Satanás fortalecer su oposición a Cristo. Interpretaron contra él las mismas palabras que deberían haber recibido como evidencia de su divinidad. Así trocaron la verdad de Dios en mentira, y cuanto más directamente les hablaba el Salvador en sus obras de misericordia, más resueltos estaban a resistir la luz (El Deseado de todas las gentes, p. 183).
Considerar Cristo como nuestra única fuente de fortaleza, presentar su amor incomparable para que la culpa de los pecados fuera cargada a su cuenta y su propia justicia fuera acreditada al hombre, de ninguna manera anula o descarta la ley o rebaja su dignidad; al contrario: la coloca en el lugar en que brilla sobre ella la verdadera luz y la glorifica. Esto se logra solo por la luz que refleja desde el Calvario. La ley es completa y plena en el gran plan de salvación, solamente al ser presentada en la luz que brilla desde el Salvador crucificado y resucitado. Esto se puede discernir solo espiritualmente. Enciende en el corazón del que contempla la fe ardiente, la esperanza y el gozo de que Cristo es su justicia. Este gozo es solo para los que aman y guardan las palabras de Jesús, que son las palabras de Dios (Mensajes selectos, t. 3, p. 200).
Entonces Jesús les dijo: Aún por un poco está la luz entre vosotros; andad entre tanto que tenéis luz, para que no os sorprendan las tinieblas; porque el que anda en tinieblas, no sabe adónde va. Juan 12:35.
Esta es la amonestación que daríamos a los que pretenden creer la verdad: «Aún un poco está la luz entre vosotros». Os pediríamos que considerarais la brevedad de la vida humana, cuán prestamente pasa el tiempo. Dentro de nuestro alcance hay áureas oportunidades y privilegios. La copiosa y abundante misericordia de Dios espera que demandemos sus más ricos tesoros. El Salvador está dispuesto para prodigar gratuitamente sus bendiciones, y la única pregunta es: ¿Las aceptaréis? Se han hecho ricas provisiones y la luz brilla de una diversidad de formas; pero esa luz perderá su precioso carácter para los que no la aprecian, no la aceptan ni responden a ella, o, habiéndola recibido, no transmiten la luz a otros (A fin de conocerle, p. 87).