Lee Malaquías 3: 6 y Santiago 1: 17. ¿Qué enseñan estos pasajes acerca del carácter de Dios?
Malaquías 3: 6
6 Porque yo Jehová no cambio; por esto, hijos de Jacob, no habéis sido consumidos.
Santiago 1: 17
17 Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.
En Malaquías 3: 6, Dios declara: “Yo, Jehová, no cambio”. Aunque algunos interpretan esta parte del versículo en el sentido de que Dios no cambia de ninguna manera, el resto del texto y su contexto inmediato muestran que la inmutabilidad divina a la que se refiere el profeta es la inmutabilidad moral. El resto del versículo indica que Dios puede cambiar relacionalmente, pues Dios dice: “Por eso ustedes no han sido consumidos” (RVC). Y en el versículo siguiente, Dios exhorta a su pueblo: “Si se vuelven a mí, yo me volveré a ustedes” (Mal. 3: 7, RVC).
Así, pues, Dios mantiene relaciones de reciprocidad con su Creación, pero su carácter se mantiene constante a través de todas ellas. Esto también es afirmado en Santiago 1: 17, que proclama que todos los dones buenos y perfectos proceden de Dios, en quien no hay variación. Dios no es la fuente del mal.
Aquí y en otros lugares, la Escritura enseña sistemáticamente que el carácter de Dios es moralmente inmutable. Sin embargo, Dios puede entrar y entra en una relación real con sus criaturas, a las que responde siempre con amor y justicia.
Lee 2 Timoteo 2: 13; Tito 1: 2; y Hebreos 6: 17 y 18. ¿Qué enseñan estos textos acerca de Dios?
2 Timoteo 2: 13
13 Si fuéremos infieles, él permanece fiel; Él no puede negarse a sí mismo.
Tito 1: 2
2 en la esperanza de la vida eterna, la cual Dios, que no miente, prometió desde antes del principio de los siglos,
Hebreos 6: 17-18
17 Por lo cual, queriendo Dios mostrar más abundantemente a los herederos de la promesa la inmutabilidad de su consejo, interpuso juramento; 18 para que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un fortísimo consuelo los que hemos acudido para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros.
Dios no se contradice, nunca miente y sus promesas son inquebrantables. El Dios de la Biblia es el mismo que se entregó voluntariamente por nosotros en la persona de Cristo en la Cruz; un Dios en quien se puede confiar sin reservas y depositar nuestra esperanza para el futuro, pues, como dice Hebreos 13: 8: “Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por los siglos”.
¿Cómo puedes aprender a confiar en la bondad de Dios aun en los momentos cuando las cosas no vayan bien en tu vida? ¿Cómo te ayuda la imagen de Dios en la Cruz a confiar en su bondad?