• marzo 13, 2024

Marzo 13 – JOSÉ, UN HOMBRE DE PRINCIPIOS – Mi Vida Hoy

TEMA: UNA VIDA CONSAGRADA MI VIDA HOY ¿Cómo, pues, haría yo este grande mal, y pecaría contra Dios? (Gén. 39:9)…

 Marzo 13 – JOSÉ, UN HOMBRE DE PRINCIPIOS – Mi Vida Hoy

TEMA: UNA VIDA CONSAGRADA

MI VIDA HOY

¿Cómo, pues, haría yo este grande mal, y pecaría contra Dios? (Gén. 39:9)

La suavidad y fidelidad de José conquistaron el corazón del capitán de los de la guardia, quien llegó a considerarlo su hijo más que su esclavo… Pero la fe e integridad de José tendrían que soportar pruebas de fuego. La esposa de su amo trató de tentarlo a transgredir la ley de Dios. Hasta entonces había permanecido limpio de la corrupción reinante en ese país pagano; pero, ¿en qué forma haría frente a esta tentación tan repentina, tan fuerte y seductora? José sabía bien cuáles serían las consecuencias de su rechazo. Por un lado lo esperaban disimulos, favores y recompensas; por el otro, vergüenza, encarcelamiento y tal vez la muerte. Todo su futuro dependía de lo que decidiera en ese momento. ¿Vencerían los principios? ¿Sería fiel José a su Dios? Con inexpresable ansiedad los ángeles contemplaban la escena.

La respuesta de José revela el poder de los principios religiosos. El no podría traicionar a su amo terrenal; y fueran cuales fueren las consecuencias, sería fiel a su Amo celestial…

José sufrió a causa de su integridad; porque la tentadora se vengó acusándolo de un sucio pecado, y consiguió que lo arrojaran en la cárcel. Si Potifar hubiera creído en la acusación de su esposa, el joven hebreo habría perdido la vida; pero la modestia y rectitud que caracterizaban la conducta de este último eran una prueba de su inocencia; con todo, para salvar la reputación de la familia de su amo, se vio reducido a la vergüenza y el encarcelamiento…

Pero el verdadero carácter de José resplandece aún en medio de la obscuridad de la celda. Se aferró a la fe y la paciencia. Sus años de servicio fiel habían recibido la retribución más cruel; sin embargo eso no lo volvió rencoroso ni desconfiado. Poseía la paz que nace (de la pureza consciente, y encomendó su caso a Dios. (PP:193-194) (79)

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