Por lo general, muchas personas hacen campaña política para ocupar cargos públicos; sin embargo, la pequeña localidad de Tar Heel, en Carolina del Norte, Estados Unidos, fue noticia en 2011 porque nadie se presentó para ninguno de los cuatro puestos vacantes de alcalde y concejales.67 El alcalde saliente había admitido que el trabajo era mucho y los beneficios pocos,68 y eso tuvo un impacto en la gente.
De todos modos, las elecciones tenían que celebrarse, por lo que las autoridades electorales pidieron a los ciudadanos que escribieran sus propuestas en papeletas. Así eligieron a quien no quería ser elegido.
Algo tan poco común en cuanto a cargos públicos se refiere es, sin embargo, común en los cargos de iglesia de muchas congregaciones. Yo viví esta realidad. En una ocasión, por ejemplo, en la iglesia a la que asistía y que contaba con más de quinientos miembros, tuve que asumir en un mismo año tres cargos, porque otros habían dicho que no.
Obviamente, en la iglesia no se puede elegir a quien no quiere ser elegido; el servicio eclesiástico ha de hacerse por amor, por compromiso con el Padre, en plena libertad; ha de nacer del corazón y de la convicción individuales.
Sí, es cierto, llevar la responsabilidad de un cargo de iglesia es asumir una tarea a veces inmensa, y los beneficios pueden parecer inexistentes, pero no es así. Las primeras beneficiadas somos nosotras mismas, porque esta obra nos educa. Y, además, impacta las vidas de otros y el cuerpo de Cristo se beneficia. Jesús dijo: “Mi Padre nunca deja de trabajar, ni yo tampoco” (Juan 5:17, TLA); y yo, ¿qué hago? ¿Estoy dejando para otros una tarea para la cual Dios me cualificó a mí?
Elena de White escribió: “Las mujeres cristianas están llamadas a servirle. […] Hay tareas que se han dejado de lado, o se han hecho imperfectamente, que podrían ser cumplidas mediante su servicio. Pueden llegar a ciertas clases que los ministros no pueden alcanzar. Hay cargos en la iglesia y en muchas ramas de la obra que ellas podrían cumplir. […] Se necesitan mujeres de principios firmes y carácter decidido […] dispuestas a comprometerse en la importante tarea de esparcir los rayos de luz que el cielo ha derramado sobre ellas” (Hijas de Dios, pp. 14, 15).
Como puedes ver, haces falta en la iglesia, utilizando el don que Dios te ha dado en el desempeño del servicio al cual te está llamando.
“Somos compañeros de trabajo al servicio de Dios” (1 Cor. 3:9).
67 https://en.wikipedia.org/wiki/Tar_Heel,_North_Carolina. 68 https://www.sandiegouniontribune.com/sdut-no-one-bothers-to-run-in-small-nc-towns-election-2011jul15-story.html [consultado en septiembre de 2022].