Mayo 3 – NUESTRO MARAVILLOSO CUERPO – Mi Vida Hoy

TEMA: SALUD PERFECTA MI VIDA HOY Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras estoy maravillado, y mi alma lo…

 Mayo 3 – NUESTRO MARAVILLOSO CUERPO – Mi Vida Hoy

TEMA: SALUD PERFECTA

MI VIDA HOY

Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras estoy maravillado, y mi alma lo conoce mucho. No fue encubierto de ti mi cuerpo, bien que en oculto fui formado, y compaginado en lo más bajo de la tierra. (Salmo 139:14-15)

El mecanismo del cuerpo humano no puede ser explicado por completo; presenta misterios que confunden a los más inteligentes. No es como resultado de un mecanismo que, una vez en movimiento, prosiguiera su obra, como late el pulso, y funciona la respiración…El corazón que palpita, el pulso que late, cada nervio y músculo del organismo vivo, unos y otros son conservados en orden y actividad por el poder del Dios siempre presente. (DMJ:396-397)

El Creador del hombre ha ordenado el mecanismo viviente de nuestros cuerpos. Todas sus funciones están maravillosa y sabiamente dispuestas. Y Dios se ha comprometido a mantener ese mecanismo humano en perfecta actividad si el instrumento humano está dispuesto a obedecer sus leyes y a colaborar con Dios. Todas las leyes que rigen el mecanismo del ser humano se considerarán tan procedentes de Dios, por su carácter e importancia, como la Palabra divina. Cualquier acción descuidada, y desatenta, cualquier abuso que se haga del maravilloso mecanismo del Señor, al menospreciar sus leyes específicas respecto al templo humano, es una violación de la ley divina. Podemos contemplar y admirar la obra de Dios en el mundo natural; pero el ser humano es la más estupenda. (MM:221)

Se debe llegar a entender este mecanismo vivo. Hay que esfumar cada parte de esa máquina maravillosa. (MS 49, 1897)

Al ver, por medio del estudio de la fisiología, que están “asombrosa y maravillosamente” formados, sentirán reverencia. En vez de mancillar la obra de Dios, sentirán ambición por hacer de su parte todo lo posible por cumplir el glorioso plan del Creador. De ese modo llegarán a considerar la obediencia a las leyes de la salud, no como un sacrificio, o un acto de abnegación, sino como lo que realmente es: un privilegio y una bendición inestimables. (Ed:197) (132)

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