Miércoles 18 de septiembre – ABANDONADO POR DIOS – JUZGADO Y CRUCIFICADO

JUZGADO Y CRUCIFICADO “Y a la hora novena Jesús exclamó a gran voz: ‘Eloi, Eloi, ¿lama sabactani?’, que quiere decir:…

 Miércoles 18 de septiembre – ABANDONADO POR DIOS – JUZGADO Y CRUCIFICADO

JUZGADO Y CRUCIFICADO

“Y a la hora novena Jesús exclamó a gran voz: ‘Eloi, Eloi, ¿lama sabactani?’, que quiere decir: ‘¡Dios mío! ¡Dios mío! ¿Por qué me has desamparado?’ ” (Mar. 15:34).

Miércoles: 18 de septiembre

ABANDONADO POR DIOS

Lee Marcos 15:33 al 41. ¿Cuáles son las únicas palabras de Jesús en la cruz que aparecen en Marcos? ¿Qué significa en última instancia la muerte de Cristo para todos nosotros?

 

Marcos 15:33-41

33 Cuando vino la hora sexta, hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena. 34 Y a la hora novena Jesús clamó a gran voz, diciendo: Eloi, Eloi, ¿lama sabactani? que traducido es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? 35 Y algunos de los que estaban allí decían, al oírlo: Mirad, llama a Elías. 36 Y corrió uno, y empapando una esponja en vinagre, y poniéndola en una caña, le dio a beber, diciendo: Dejad, veamos si viene Elías a bajarle. 37 Mas Jesús, dando una gran voz, expiró. 38 Entonces el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo. 39 Y el centurión que estaba frente a él, viendo que después de clamar había expirado así, dijo: Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios. 40 También había algunas mujeres mirando de lejos, entre las cuales estaban María Magdalena, María la madre de Jacobo el menor y de José, y Salomé, 41 quienes, cuando él estaba en Galilea, le seguían y le servían; y otras muchas que habían subido con él a Jerusalén.

Una oscuridad sobrenatural descendió sobre el Calvario desde aproximadamente el mediodía hasta las 3 de la tarde. “Cuando llegó la hora sexta (el mediodía), hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena (las 3 de la tarde)” (Mar. 15:33).

Las palabras de Cristo en la cruz, cuando clama a Dios preguntándole por qué lo ha abandonado, son llamadas “el grito de desamparo”. Él está citando Salmos 22:1. Otras referencias al mismo salmo aparecen en Marcos 15:24 y 29, indicando que las Escrituras se están cumpliendo en la muerte de Jesús. Aun en la malvada confabulación de los hombres, la voluntad de Dios está siendo cumplida.

Las palabras de Jesús desde la cruz son reportadas en arameo juntamente con su traducción. La expresión original traducida como “Dios mío, Dios mío” es Eloi, Eloi (transliteración del arameo ´elahi). Pudo haber parecido a los allí presentes que Jesús llamaba a Elías (´eliyyah en arameo, que significa “mi Dios es YHWH”). Ese fue precisamente el error que algunos de ellos cometieron.

Lo que resulta sorprendente acerca de este pasaje es su paralelismo con el bautismo de Jesús en Marcos 1:9 al 11.

El bautismo: Marcos 1:9-11La cruz: Marcos 15:34-39
Juan bautiza a JesúsEl bautismo de Jesús (comparar con Marcos 10:38)
Juan el Bautista como figura de Elías; ver Marcos 9:11-13.El presunto llamado a Elías
Los cielos se abrenEl velo es rasgado
El Espíritu (griego pneuma)Jesús expira (griego ekpneō)
La declaración audible de Dios

 

(“Hijo amado”)

El centurión dice “Hijo de Dios”

Lo que estos paralelos sugieren es que así como el bautismo de Jesús en Marcos 1 es el comienzo de su ministerio, como fue profetizado en Daniel 9:24 al 27, lo que ocurre en la cruz, según Marcos 15, es la culminación u objetivo de su ministerio, al morir como rescate en favor de muchos (Mar. 10:45). La muerte de Jesús en la cruz también cumple parte de la profecía de Daniel 9:24 al 27. La rasgadura del velo del Templo (Mar. 15:38) apunta al cumplimiento del sistema sacrificial, cuando el tipo, o símbolo, se encuentra con el antitipo, o realidad simbolizada, y una nueva fase de la historia de la salvación comienza.

A pesar de la malvada confabulación humana, los propósitos de Dios se cumplieron. ¿Por qué debería esto ayudarnos a comprender que, sin importar lo que ocurra a nuestro alrededor, podemos aún confiar en Dios y saber que su bondad prevalecerá finalmente?

Comentarios Elena G.W

Cada espasmo soportado por el Hijo de Dios en la cruz, las gotas de sangre que fluyeron de su frente, sus manos y sus pies, las convulsiones de agonía que sacudieron su cuerpo y la ineludible angustia que llenó su alma cuando su Padre ocultó su rostro de él, hablan al hombre diciéndole: «Por amor a ti el Hijo de Dios consintió en permitir que estos terribles crímenes fueran depositados sobre él; por ti saqueó los dominios de la muerte y abrió las puertas del Paraíso y la vida inmortal». El que calmó las airadas olas por medio de su palabra y caminó por las ondas coronadas de espuma, que hizo temblar a los demonios y logró que huyera la enfermedad al toque de su mano, el que resucitó muertos y abrió los ojos de los ciegos, se ofreció en la cruz como el único sacrificio en lugar del hombre. Él, el portador del pecado, soportó el castigo legal que merecía la iniquidad, y se hizo pecado por el hombre (La historia de la redención, pp. 233, 234).

El desgarramiento del velo en el templo demostró que los sacrificios y los ritos judaicos no serían ya recibidos. El gran sacrificio había sido ofrecido y aceptado, y el Espíritu Santo que descendió en el día de Pentecostés dirigió la atención de los discípulos desde el Santuario terrenal al celestial, donde Jesús había entrado con su propia sangre, para derramar sobre sus discípulos los beneficios de su expiación. Pero los judíos fueron dejados en tinieblas totales. Perdieron toda la luz que pudieran haber tenido acerca del plan de salvación, y siguieron confiando en sus sacrificios y ofrendas inútiles. El Santuario celestial había reemplazado al terrenal, pero ellos no tenían noción del cambio. Por lo tanto no podían recibir beneficios de la mediación de Cristo en el Lugar Santo (Primeros escritos, pp. 259, 260).

[L]os instrumentos celestiales tienen que luchar con obstáculos antes de que a su tiempo se cumpla el propósito de Dios… Los ángeles buenos y malos tienen una parte en los planes de Dios para su reino terrenal. El propósito de Dios es llevar adelante su obra dentro de pautas correctas, mediante formas que redunden para su gloria. Pero Satanás siempre procura contrarrestar el propósito de Dios. Los siervos de Dios pueden hacer adelantar su obra sólo si se humillan delante del Señor. Nunca deben depender para el éxito de sus propios esfuerzos ni de una exhibición ostentosa…

Como pueblo no comprendemos como debiéramos el gran conflicto que se libra entre seres invisibles, la lucha entre ángeles leales y desleales. Nuestra única seguridad es la Palabra escrita. Debemos orar como lo hizo Daniel para que seamos guardados por los seres celestiales. Los ángeles, como espíritus ministradores, son enviados para servir a los que serán los herederos de la salvación. Orad, mis hermanos; orad como nunca habéis orado antes. No estamos preparados para la venida del Señor. Necesitamos hacer una obra consumada para la eternidad (Comentarios de Elena G. de White en Comentario bíblico adventista del séptimo día, t. 4, pp. 1 194, 1 195).

Elena G.W

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