Miércoles 29 de mayo – LA MARCA DE LA BESTIA – EL FUNDAMENTO DEL GOBIERNO DE DIOS

EL FUNDAMENTO DEL GOBIERNO DE DIOS “Entonces el dragón se airó contra la mujer, y fue a combatir al resto…

 Miércoles 29 de mayo – LA MARCA DE LA BESTIA – EL FUNDAMENTO DEL GOBIERNO DE DIOS

EL FUNDAMENTO DEL GOBIERNO DE DIOS

“Entonces el dragón se airó contra la mujer, y fue a combatir al resto de sus hijos, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesús” (Apoc. 12:17).

Miércoles: 29 de mayo

LA MARCA DE LA BESTIA

Lee Apocalipsis 12:12 y 17; y 13:7. ¿Cómo revelan estos textos la ira de Satanás? ¿Por qué el diablo está tan enojado con el pueblo de Dios del tiempo del fin?

 

Apocalipsis 12:12 y 17

12 Por lo cual alegraos, cielos, y los que moráis en ellos. ¡Ay de los moradores de la tierra y del mar! porque el diablo ha descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo.

17 Entonces el dragón se llenó de ira contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo.

 

Apocalipsis 13:7

Y se le permitió hacer guerra contra los santos, y vencerlos. También se le dio autoridad sobre toda tribu, pueblo, lengua y nación.

Apocalipsis 12 describe el conflicto cósmico entre Cristo y Satanás a lo largo de los siglos. Llega a su punto culminante con el ataque final de Satanás contra el pueblo de Dios. Apocalipsis 13 presenta a los dos aliados del dragón: la bestia que sube del mar y la bestia que sube de la tierra. Estos dos poderes se unen a él para hacer guerra contra el pueblo de Dios.

Lee Apocalipsis 13:4, 8, 12, 15; y 14:7, 9 al 11. (Ver también Apoc. 15:4; 16:2; 19:20; 20:4; 22:9). ¿Qué temática clave está presente en todos estos versículos?

 

Apocalipsis 13:4, 8, 12, 15

y adoraron al dragón que había dado autoridad a la bestia, y adoraron a la bestia, diciendo: ¿Quién como la bestia, y quién podrá luchar contra ella?

Y la adoraron todos los moradores de la tierra cuyos nombres no estaban escritos en el libro de la vida del Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo.

12 Y ejerce toda la autoridad de la primera bestia en presencia de ella, y hace que la tierra y los moradores de ella adoren a la primera bestia, cuya herida mortal fue sanada.

15 Y se le permitió infundir aliento a la imagen de la bestia, para que la imagen hablase e hiciese matar a todo el que no la adorase.

 

Apocalipsis 14:7, 9-11

diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas.

Y el tercer ángel los siguió, diciendo a gran voz: Si alguno adora a la bestia y a su imagen, y recibe la marca en su frente o en su mano, 10 él también beberá del vino de la ira de Dios, que ha sido vaciado puro en el cáliz de su ira; y será atormentado con fuego y azufre delante de los santos ángeles y del Cordero; 11 y el humo de su tormento sube por los siglos de los siglos. Y no tienen reposo de día ni de noche los que adoran a la bestia y a su imagen, ni nadie que reciba la marca de su nombre.

 

Apocalipsis 15:4

¿Quién no te temerá, oh Señor, y glorificará tu nombre? pues solo tú eres santo; por lo cual todas las naciones vendrán y te adorarán, porque tus juicios se han manifestado.

 

Apocalipsis 16:2

Fue el primero, y derramó su copa sobre la tierra, y vino una úlcera maligna y pestilente sobre los hombres que tenían la marca de la bestia, y que adoraban su imagen.

 

Apocalipsis 19:20

20 Y la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que había hecho delante de ella las señales con las cuales había engañado a los que recibieron la marca de la bestia, y habían adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre.

 

Apocalipsis 20:4

Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años.

 

Apocalipsis 22:9

Pero él me dijo: Mira, no lo hagas; porque yo soy consiervo tuyo, de tus hermanos los profetas, y de los que guardan las palabras de este libro. Adora a Dios.

Observa el contraste. La gente adora al Creador o adora cualquier otra cosa. El Creador es digno de adoración (Apoc. 5:9). El conflicto entre Cristo y Satanás comenzó en el Cielo con motivo de la adoración: “ ‘Subiré sobre las alturas de las nubes, seré semejante al Altísimo’ ” (Isa. 14:14). Satanás deseaba la adoración que pertenece exclusivamente al Creador. Según Apocalipsis 13, lo consigue mediante la actividad de la bestia que sube de la tierra (Apoc. 13:4).

Una comparación con Daniel 7 muestra que esta bestia que sube de la tierra es la misma que el cuerno pequeño que trata “de cambiar los tiempos y la ley” y ejerce autoridad durante 1.260 “días” proféticos; es decir, durante 1.260 años (Dan. 7:25; comparar con Apoc. 13:5; ver la lección 6). La única parte de la Ley de Dios en los Diez Mandamientos que se ocupa del tiempo es el cuarto Mandamiento. Este poder ha intentado cambiar el día de adoración del sábado, el séptimo día, al domingo, el primer día de la semana.

Que un poder terrenal intente cambiar el día de adoración, el sábado, que Dios mismo dio como señal de su autoridad (Éxo. 31:13; Eze. 20:12, 20), es un intento de usurpar la autoridad divina en el nivel más básico posible. En este punto, pues, se centra el conflicto final sobre la adoración verdadera y la falsa.

Por esta razón, el Apocalipsis identifica al pueblo fiel a Dios como aquellos “que guardan los mandamientos de Dios” (Apoc. 12:17; 14:12). Esto incluye el sábado, no el domingo. Aquellos que rechazan el llamado final de los tres ángeles a adorar a Dios en su día santo (Isa. 58:13) y que adoran a la bestia en su falso día de reposo, el domingo, recibirán la marca de la bestia (ver lección 11).

Comentarios Elena G.W

El gran conflicto entre el bien y el mal aumentará en intensidad hasta la consumación de los tiempos. En todas las edades la ira de Satanás se ha manifestado contra la iglesia de Cristo; y Dios ha derramado su gracia y su Espíritu sobre su pueblo para robustecerlo contra el poder del maligno. Cuando los apóstoles de Cristo estaban por llevar el evangelio por el mundo entero y consignarlo por escrito para provecho de todos los siglos venideros, fueron dotados especialmente con la luz del Espíritu. Pero a medida que la iglesia se va acercando a su liberación final, Satanás obrará con mayor poder. Descenderá «teniendo grande ira, sabiendo que tiene poco tiempo». Apocalipsis 12:12. Obrará «con grande potencia, y señales, y milagros mentirosos». 2 Tesalonicenses 2:9.

Por espacio de seis mil años esa inteligencia maestra, después de haber sido la más alta entre los ángeles de Dios, no ha servido más que para el engaño y la ruina. Y en el conflicto final se emplearán contra el pueblo de Dios todos los recursos de la habilidad y sutileza satánicas, y toda la crueldad desarrollada en esas luchas seculares. Durante este tiempo de peligro los discípulos de Cristo tienen que dar al mundo la amonestación del segundo advenimiento del Señor; y un pueblo ha de ser preparado «sin mácula, y sin reprensión» para comparecer ante él a su venida. 2 Pedro 3:14. Entonces el derramamiento especial de la gracia y el poder divinos no será menos necesario a la iglesia que en los días apostólicos (El conflicto de los siglos, p. 13).

El deber de adorar a Dios estriba en la circunstancia de que él es el Creador, y que a él es a quien todos los demás seres deben su existencia. Y cada vez que la Biblia presenta el derecho de Jehová a nuestra reverencia y adoración con preferencia a los dioses de los paganos, menciona las pruebas de su poder creador. «Todos los dioses de los pueblos son ídolos; mas Jehová hizo los cielos». Salmo 96:5. «¿A quién pues me compararéis, para que yo sea como él? dice el Santo. ¡Levantad hacia arriba vuestros ojos, y ved! ¿Quién creó aquellos cuerpos celestes?»… Dice el salmista: «Reconoced que Jehová él es Dios: él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos». «¡Venid, postrémonos, y encorvémonos; arrodillémonos ante Jehová nuestro Hacedor!» Salmo 100:3; 95:6. Y los santos que adoran a Dios en el cielo dan como razón del homenaje que le deben: «¡Digno eres tú, Señor nuestro y Dios nuestro, de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas!» Apocalipsis 4:11 (El conflicto de los siglos, pp. 432, 433).

Si el sábado se hubiese observado universalmente, los pensamientos e inclinaciones de los hombres se habrían dirigido hacia el Creador como objeto de reverencia y adoración, y nunca habría habido un idólatra, un ateo, o un incrédulo. La observancia del sábado es señal de lealtad al verdadero Dios, «que hizo el cielo y la tierra, y el mar y las fuentes de agua». Resulta pues que el mensaje que manda a los hombres adorar a Dios y guardar sus mandamientos, los ha de invitar especialmente a observar el cuarto mandamiento (El conflicto de los siglos, p. 433).

Elena G.W

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *