Miércoles 31 de julio – RECHAZO Y ACEPTACIÓN – MILAGROS ALREDEDOR DEL LAGO

MILAGROS ALREDEDOR DEL LAGO “Pero Jesús no le permitió, sino que le dijo: ‘Vete a tu casa, a los tuyos,…

 Miércoles 31 de julio – RECHAZO Y ACEPTACIÓN – MILAGROS ALREDEDOR DEL LAGO

MILAGROS ALREDEDOR DEL LAGO

“Pero Jesús no le permitió, sino que le dijo: ‘Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales las grandes cosas que el Señor ha hecho contigo y cómo tuvo compasión de ti’ ” (Mar. 5:19).

Miércoles: 31 de julio

RECHAZO Y ACEPTACIÓN

Lee Marcos 6:1 al 6. ¿Por qué Jesús fue rechazado por la gente de su propio pueblo?

 

Marcos 6:1-6

1 Salió Jesús de allí y vino a su tierra, y le seguían sus discípulos. Y llegado el día de reposo,[a] comenzó a enseñar en la sinagoga; y muchos, oyéndole, se admiraban, y decían: ¿De dónde tiene este estas cosas? ¿Y qué sabiduría es esta que le es dada, y estos milagros que por sus manos son hechos? ¿No es este el carpintero, hijo de María, hermano de Jacobo, de José, de Judas y de Simón? ¿No están también aquí con nosotros sus hermanas? Y se escandalizaban de él. Mas Jesús les decía: No hay profeta sin honra sino en su propia tierra, y entre sus parientes, y en su casa. Y no pudo hacer allí ningún milagro, salvo que sanó a unos pocos enfermos, poniendo sobre ellos las manos. Y estaba asombrado de la incredulidad de ellos. Y recorría las aldeas de alrededor, enseñando.

Suele ocurrir que, cuando un habitante de un pueblo pequeño se vuelve popular, sus conciudadanos le brindan toda su atención cuando está de visita. No así en Nazaret. Estaban ofendidos y sorprendidos por el éxito de Jesús como maestro y sanador. Su paso de ser un obrero manual a un maestro les resultaba difícil de aceptar. Otra razón para la animosidad de ellos pudo haber sido el hecho de que realizó la mayoría de sus milagros en Capernaum (ver Luc. 4:23). Además, él ya había tenido un desacuerdo con su familia (Mar. 3:31-35).

Lee Marcos 6:7 al 30. ¿Qué contraste existe entre la misión de los doce apóstoles y la decapitación de Juan el Bautista?

 

Marcos 6:7-30

Después llamó a los doce, y comenzó a enviarlos de dos en dos; y les dio autoridad sobre los espíritus inmundos. Y les mandó que no llevasen nada para el camino, sino solamente bordón; ni alforja, ni pan, ni dinero en el cinto, sino que calzasen sandalias, y no vistiesen dos túnicas. 10 Y les dijo: Dondequiera que entréis en una casa, posad en ella hasta que salgáis de aquel lugar. 11 Y si en algún lugar no os recibieren ni os oyeren, salid de allí, y sacudid el polvo que está debajo de vuestros pies, para testimonio a ellos. De cierto os digo que en el día del juicio, será más tolerable el castigo para los de Sodoma y Gomorra, que para aquella ciudad. 12 Y saliendo, predicaban que los hombres se arrepintiesen. 13 Y echaban fuera muchos demonios, y ungían con aceite a muchos enfermos, y los sanaban. 14 Oyó el rey Herodes la fama de Jesús, porque su nombre se había hecho notorio; y dijo: Juan el Bautista ha resucitado de los muertos, y por eso actúan en él estos poderes. 15 Otros decían: Es Elías. Y otros decían: Es un profeta, o alguno de los profetas. 16 Al oír esto Herodes, dijo: Este es Juan, el que yo decapité, que ha resucitado de los muertos. 17 Porque el mismo Herodes había enviado y prendido a Juan, y le había encadenado en la cárcel por causa de Herodías, mujer de Felipe su hermano; pues la había tomado por mujer. 18 Porque Juan decía a Herodes: No te es lícito tener la mujer de tu hermano. 19 Pero Herodías le acechaba, y deseaba matarle, y no podía; 20 porque Herodes temía a Juan, sabiendo que era varón justo y santo, y le guardaba a salvo; y oyéndole, se quedaba muy perplejo, pero le escuchaba de buena gana. 21 Pero venido un día oportuno, en que Herodes, en la fiesta de su cumpleaños, daba una cena a sus príncipes y tribunos y a los principales de Galilea, 22 entrando la hija de Herodías, danzó, y agradó a Herodes y a los que estaban con él a la mesa; y el rey dijo a la muchacha: Pídeme lo que quieras, y yo te lo daré. 23 Y le juró: Todo lo que me pidas te daré, hasta la mitad de mi reino. 24 Saliendo ella, dijo a su madre: ¿Qué pediré? Y ella le dijo: La cabeza de Juan el Bautista. 25 Entonces ella entró prontamente al rey, y pidió diciendo: Quiero que ahora mismo me des en un plato la cabeza de Juan el Bautista. 26 Y el rey se entristeció mucho; pero a causa del juramento, y de los que estaban con él a la mesa, no quiso desecharla. 27 Y en seguida el rey, enviando a uno de la guardia, mandó que fuese traída la cabeza de Juan. 28 El guarda fue, le decapitó en la cárcel, y trajo su cabeza en un plato y la dio a la muchacha, y la muchacha la dio a su madre. 29 Cuando oyeron esto sus discípulos, vinieron y tomaron su cuerpo, y lo pusieron en un sepulcro.

Esta es la tercera historia sándwich en Marcos (ver la lección 3). La misión de los doce apóstoles consistente en llevar el mensaje de Jesús a todas partes se encuentra en abierto contraste con la encarcelación y el silenciamiento de Juan el Bautista. A los discípulos se les dice que viajen sin equipaje y que dependan de otros para su sostén. Esta estrategia hace que los misioneros precisen de las personas a las que sirven, lo que los ayuda a vincularse con quienes necesitan su mensaje.

Pero el Bautista no tenía un vínculo tal con Herodes y la familia de este. La muerte de Juan se describe de una manera impactantemente detallada a medida que la conspiradora Herodías se aprovechaba de la ambivalencia y la lujuria de Herodes. La hija de Herodías añade al escandaloso plan con su grotesca solicitud de que la cabeza del Bautista le fuera traída en un plato.

El acallamiento de la voz estentórea del Bautista ocurre mientras los doce apóstoles proclaman su mensaje de arrepentimiento, así como lo había hecho antes Juan. La muerte de Juan presagia la de Jesús. Juan es ejecutado, sepultado y reportado como resucitado de entre los muertos (Mar. 6:14-16, 29), como ocurriría con Jesús (Mar. 15; 16). Estas historias paralelas apuntan a una futura crisis para Jesús y sus seguidores.

¿Has sido alguna vez rechazado como lo fue Jesús, o tuviste que pasar por alguna crisis difícil de entender? ¿Qué aprendiste de esas experiencias que podría ayudarte la próxima vez que algo así suceda?

Comentarios Elena G.W

Las palabras de Jesús a sus oyentes en la sinagoga llegaron a la raíz de su justicia propia, haciéndoles sentir la amarga verdad de que se habían apartado de Dios y habían perdido su derecho a ser su pueblo. Cada palabra cortaba como un cuchillo, mientras Jesús les presentaba su verdadera condición. Ahora despreciaban la fe que al principio les inspirara. No querían admitir que Aquel que había surgido de la pobreza y la humildad fuese otra cosa que un hombre común.

Su incredulidad engendró malicia. Satanás los dominó, y con ira clamaron contra el Salvador. Se habían apartado de Aquel cuya misión era sanar y restaurar; y ahora manifestaban los atributos del destructor (El Deseado de todas las gentes, p. 206).

El mensaje de los discípulos era el mismo que el de Juan el Bautista y el de Cristo mismo: «El reino de los cielos se ha acercado». No debían entrar en controversia con la gente acerca de si Jesús de Nazaret era el Mesías; sino que en su nombre debían hacer las mismas obras de misericordia que él había hecho…

En su primera jira misionera, los discípulos debían ir solamente a «las ovejas perdidas de la casa de Israel». Si entonces hubiesen predicado el evangelio a los gentiles o a los samaritanos, habrían perdido su influencia sobre los judíos. Excitando el prejuicio de los fariseos, se habrían metido en una controversia que los habría desanimado en el mismo comienzo de sus labores. Aun los apóstoles fueron lentos en comprender que el evangelio debía darse a todas las naciones. Mientras ellos mismos no comprendieron esta verdad, no estuvieron preparados para trabajar por los gentiles. Si los judíos querían recibir el evangelio, Dios se proponía hacerlos sus mensajeros a los gentiles. Por lo tanto, eran los primeros que debían oír el mensaje (El Deseado de todas las gentes, pp. 316, 317).

El pueblo no estaba dispuesto a aceptar a Jesús, porque los gobernantes no creían en él. Era Jesús varón de dolores, experimentado en quebranto. Los caudillos judíos no podían dejar que los rigiese la vida austera y abnegada de Jesús. Deseaban disfrutar de los honores que el mundo otorga. A pesar de todo, muchos seguían al Hijo de Dios y escuchaban sus enseñanzas, alimentándose con las palabras que tan misericordiosamente fluían de sus labios. Tenían profundo significado, y, sin embargo, eran tan sencillas que los más débiles podían entenderlas.

Satanás y sus ángeles cegaron los ojos y ofuscaron la inteligencia de los judíos, excitando a los principales y a los gobernantes del pueblo para que le quitaran la vida al Salvador… Vi que muchos magistrados y ancianos creían en Jesús: pero Satanás les impedía confesarlo, pues temían el oprobio del pueblo más que a Dios.

Vi que muchos magistrados y ancianos creían en Jesús: pero Satanás les impedía confesarlo, pues temían el oprobio del pueblo más que a Dios (Primeros escritos, pp. 160, 161).

Elena G.W

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