• octubre 16, 2024

Octubre 16 – DIOS ES ÚNICO – Mi Vida Hoy

TEMA: UNA VIDA REVERENTE MI VIDA HOY Acordaos de las cosas pasadas desde el siglo; porque yo soy Dios, y…

 Octubre 16 – DIOS ES ÚNICO – Mi Vida Hoy

TEMA: UNA VIDA REVERENTE

MI VIDA HOY

Acordaos de las cosas pasadas desde el siglo; porque yo soy Dios, y no hay más Dios, y nada hay a mí semejante. (Isa. 46:9)

Dios es único en el cielo. Allí la santidad impera; allí no hay nada que mancille la perfecta armonía con Dios. Si en verdad nos encaminamos hacia ese lugar, el espíritu del cielo debe morar en nuestro corazón mientras estamos en la tierra. Mas si no hallamos placer actualmente en la contemplación de las cosas celestiales; si no tenemos interés en buscar el conocimiento de Dios, ni deleite alguno en mirar el carácter de Cristo; si la santidad no nos atrae, entonces podemos tener la seguridad de que esperamos el cielo es vano. La perfecta armonía con la voluntad de Dios es el blanco supremo que debe interesar constantemente al cristiano. A éste debe encantarle hablar de Dios, de Jesús, del hogar bienaventurado y puro que Cristo ha preparado para los que le aman. La contemplación de estos temas, cuando el alma se deleita nutriéndose con las benditas promesas de Dios, es, según el apóstol, probar “las virtudes del silo venidero.” (BE, 01-09-1889)

El conocimiento de Dios tal como fue revelado en Cristo es el que deben tener todos los que son salvados. Es el conocimiento que obra la transformación del carácter. Este conocimiento, una vez recibido, formará nuevamente el alma a la imagen de Dios. Comunicará a todo el ser un poder espiritual divino…

“Por esta causa,” dice S. Pablo, “doblo mis rodillas al Padre de nuestro Señor Jesucristo, del cual es nombrada toda la parentela en los cielos y en la tierra, que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser corroborados con potencia en el hombre interior por su Espíritu. Que habite Cristo por la fe en vuestros corazones: para que, arraigados y fundados en amor, podáis bien comprender con todos lo, santos cuál sea la anchura y la longura y la profundidad y la altura, y conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.” (Efe. 3:14-19). (MC:405-406) (303)

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