Septiembre 22 – LA JUSTICIA PERMANECERÁ – Mi Vida Hoy

Entre las prendas de vestir que necesitaba encontré algunas de lana que al principio parecían estar en buenas condiciones, pero cuando las puse a la luz y las sacudí bien, revelaron la obra destructora de las polillas. Si no hubiéramos realizado una inspección cuidadosa, no habríamos descubierto el daño. La polilla es tan pequeña que apenas se la ve; pero los rastros de su existencia son evidentes, y la destrucción que causa en los artículos de lana y piel demuestra que es un artesano activo, aun cuando trabaja escondida y se ignora su presencia.

Al pensar en la obra secreta pero destructora de estas polillas, recordé a algunas personas que había conocido. ¡Con cuánta frecuencia se dolió nuestro corazón al ver las acciones de algunas personas de quienes se podían esperar mejores cosas, acciones que, como revelación inesperada exponían el verdadero carácter que había estado oculto hasta entonces! Cuando se lo coloca bajo la luz de la Palabra de Dios, el carácter se revela como una vestidura comida de polilla, que, al ser sacudida y examinada, evidencia la obra dañosa que se ha ido efectuando secretamente durante largos años…

Su tiempo le llevó a la polilla para efectuar su obra destructiva tan calladamente en la sombra; y se necesitará tiempo para que el niño o jovencito, poco a poco se vaya sintiendo feliz, cómodo y seguro siguiendo una conducta de prevaricación, de pecado oculto a los ojos humanos. Un solo acto, sea bueno o malo, no forma el carácter; pero los pensamientos y sentimientos que se admiten facilitan la comisión de actos y acciones de la misma clase… Cuidad de que vuestro pie no dé el primer paso por ningún mal camino. Si queréis echar los cimientos de vuestro carácter con una vida pura y virtuosa, buscando ayuda y fuerza en Dios, vuestro carácter no será como la vestidura comida de polilla, sino firme y sólida. (YI, 15-12-1886) (278)