• septiembre 29, 2024

Septiembre 29 – LA UNIDAD ENTRE HERMANOS – Mi Vida Hoy

TEMA: UNA VIDA SANTIFICADA MI VIDA HOY ¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos igualmente en uno!…

 Septiembre 29 – LA UNIDAD ENTRE HERMANOS – Mi Vida Hoy

TEMA: UNA VIDA SANTIFICADA

MI VIDA HOY

¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos igualmente en uno! (Salmo 133:1)

La unidad cristiana es una fuerza poderosa. Proclama con voz vigorosa que quienes la manifiestan son hijos de Dios. Ejerce una influencia irresistible sobre el mundo, revelando que el hombre dentro de sus características humanas, puede ser participante de la naturaleza divina, habiendo escapado a la corrupción que está en el mundo por concupiscencia. Debemos ser uno con nuestros semejantes y con Cristo, y, en Cristo, uno con Dios. Entonces se podrá decir de nosotros: “En él estáis cumplidos”.

En el plan de redención se le adjudica un papel a cada alma.  A cada hombre se le asigna su obra. Nadie puede ser miembro del cuerpo de Cristo y permanecer inactivo…La obra del pueblo de Dios puede ser y será variada; mas un sólo Espíritu los impulsará a todos. Toda la obra que se haga por el Maestro debe relacionarse con el gran conjunto. Los obreros deben trabajar juntos en armonía, controlado cada uno por el poder divino, haciendo esfuerzos de conjunto para llevar hacia Cristo a todos cuantos los rodean. Todos deben proceder como partes de un mecanismo bien ajustado, en el cual cada tina depende de la otra, aun cuando su actividad es diferente. Y cada uno debe ocupar el lugar que se le asigne y hacer la obra que se le encomiende. Dios ruega a todos los miembros de su iglesia que reciban el Espíritu Santo, que se unan en comprensión fraternal, y que vinculen sus intereses con amor.

No hay nada que debilite la iglesia en forma tan manifiesta la desunión y las rencillas. No hay nada que contienda tanto con Cristo y la verdad como un espíritu tal…

Aquel en cuyo corazón mora Cristo reconoce a Jesús cuando éste mora en el corazón de los hermanos. Cristo jamás lucha ni ejerce influencia contra sí mismo. Los cristianos deben hacer su obra, sea cual fuere ésta, en unidad de Espíritu, para la perfección de todo el cuerpo. (ST, 19-12-1908) (285)

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