Viernes 13 de diciembre – PARA ESTUDIAR Y MEDITAR – EL PADRE, EL HIJO Y EL ESPÍRITU

EL PADRE, EL HIJO Y EL ESPÍRITU “Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi…

 Viernes 13 de diciembre – PARA ESTUDIAR Y MEDITAR – EL PADRE, EL HIJO Y EL ESPÍRITU

EL PADRE, EL HIJO Y EL ESPÍRITU

“Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él les enseñará todas las cosas y les recordará todo lo que les he dicho” (Juan 14:26).

Viernes: 13 de diciembre

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:

Lee en El Deseado de todas las gentes, de Elena G. de White, el capítulo “No se angustien” (pp. 617-635), y la “Nota adicional sobre el capítulo 1 [de Juan]”, en el Comentario bíblico adventista del séptimo día, t. 5, pp. 1.100-1.106.

Al evaluar quién era Jesús, sus oponentes juzgaron según criterios humanos, “según la carne” (Juan 8:15). Esto es probablemente peor que juzgar “según las apariencias” (Juan 7:24). Aquí recurrieron a los criterios de la carne, de la humanidad caída en un mundo caído, sin el control del Espíritu (ver Juan 3:3-7). Vieron su “carne”, por así decirlo, pero nunca contemplaron la posibilidad de que fuera el Verbo hecho carne (Juan 1:14). Considerar a Cristo según un conjunto de criterios tan limitados es sopesarlo desde un punto de vista mundano (2 Cor. 5:16).

“El Consolador es llamado el ‘Espíritu de verdad’. Su obra consiste en definir y mantener la verdad. Primero mora en el corazón como el Espíritu de verdad, y así llega a ser el Consolador. Hay consuelo y paz en la verdad, pero no se puede hallar verdadera paz ni consuelo en la mentira. Por medio de falsas teorías y tradiciones es como Satanás obtiene su poder sobre la mente. Induciendo a los hombres a adoptar normas falsas, deforma el carácter. El Espíritu Santo habla a la mente y graba la verdad en el corazón a través de las Escrituras. Así expone el error, y lo expulsa del alma. Por el Espíritu de verdad, obrando a través de la Palabra de Dios, es como Cristo subyuga a sí mismo a su pueblo escogido” (Elena G. de White, El Deseado de todas las gentes, pp. 624, 625).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:

  1. La vida eterna consiste en conocer a Dios (Juan 17:3). ¿Qué significa conocer a Dios, a diferencia del mero conocimiento de ciertos hechos acerca de él; es decir, que es poderoso o amoroso o un Dios de justicia? Si alguien te preguntara si conoces a Dios, ¿qué responderías? ¿Qué lugar ocupa Jesús en tu respuesta?

  2. En términos prácticos y cotidianos, ¿qué implican las palabras de Jesús: “Tu palabra es verdad” (Juan 17:17)?

  3. Jesús oró: “No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del maligno” (Juan 17:15). ¿Cómo influyen nuestras propias decisiones en la respuesta a esta oración de Jesús en nuestro favor?

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