Viernes 6 de diciembre – PARA ESTUDIAR Y MEDITAR – EL CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA

EL CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA “A Dios nadie lo vio jamás. El Hijo único, que es Dios, que…

 Viernes 6 de diciembre – PARA ESTUDIAR Y MEDITAR – EL CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA

EL CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA

“A Dios nadie lo vio jamás. El Hijo único, que es Dios, que está en el seno del Padre, él lo dio a conocer” (Juan 1:18).

Viernes: 6 de diciembre

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:
Lee en El Deseado de todas las gentes, de Elena G. de White, el capítulo “La Luz de la vida” (pp. 428-441) y E. Edward Zinke, “La autoridad de la Biblia y la certeza del Segundo Advenimiento”, en La certeza de la Segunda Venida, pp. 18-30. Cuando Jesús dijo: “Yo soy la luz del mundo”, “[…] estaba en el atrio del Templo especialmente relacionado con los servicios de la Fiesta de los Tabernáculos. En el centro de este patio se levantaban dos majestuosas columnas que soportaban portalámparas de gran tamaño. Después del sacrificio de la tarde se encendían todas las lámparas, que arrojaban su luz sobre Jerusalén. Esa ceremonia estaba destinada a conmemorar la columna de luz que guiaba a Israel en el desierto, y también a señalar la venida del Mesías. Por la noche, cuando las lámparas estaban encendidas, el atrio era teatro de gran regocijo. Los hombres canosos, los sacerdotes del Templo y los príncipes del pueblo se unían en danzas festivas al sonido de la música instrumental y el canto de los levitas. “En la iluminación de Jerusalén, el pueblo expresaba su esperanza en la venida del Mesías para derramar su luz sobre Israel. Pero, para Jesús la escena tenía un significado más amplio. Como las lámparas radiantes del Templo alumbraban cuanto las rodeaba, así Cristo, la Fuente de luz espiritual, ilumina las tinieblas del mundo. Sin embargo, el símbolo era imperfecto. Esa gran luz que su propia mano había puesto en los cielos era una representación más verdadera de la gloria de su misión. “Era de mañana; el Sol acababa de levantarse sobre el Monte de los Olivos, y sus rayos caían con deslumbrante brillo sobre los palacios de mármol, e iluminaban el oro de las paredes del Templo, cuando Jesús, señalándolo, dijo: ‘Yo soy la luz del mundo’ ” (Elena G. de White, El Deseado de todas las gentes, p. 428).
PREGUNTAS PARA DIALOGAR:
  1. Comenta en la clase tu respuesta a la última pregunta del jueves. ¿Qué verdades cruciales enseñadas por la Biblia nunca podríamos aprender mediante la ciencia, ni siquiera en principio? Por ejemplo, la Cruz, la Resurrección o la Segunda Venida. ¿Qué otras verdades bíblicas importantes deben sernos reveladas, pues de otra manera no las conoceríamos?
  2. Piensa en la caída de Lucifer, un ser perfecto, con tanto conocimiento intelectual acerca de quién y cómo es Dios. Sin embargo, se rebeló contra la Deidad a pesar de todo ese conocimiento. ¿Qué nos dice esto acerca del libre albedrío y de por qué debemos en todo momento elegir someter nuestra voluntad a Dios?

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