Viernes 7 de julio – EL GRAN PLAN CRISTOCÉNTRICO DE DIOS

EL GRAN PLAN CRISTOCÉNTRICO DE DIOS “Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que en Cristo nos…

 Viernes 7 de julio – EL GRAN PLAN CRISTOCÉNTRICO DE DIOS

EL GRAN PLAN CRISTOCÉNTRICO DE DIOS

“Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que en Cristo nos bendijo con toda bendición espiritual en los cielos” (Efe. 1:3).

Viernes: 7 de julio

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:

Efesios 1:3 al 14 ¿enseña que Dios predetermina el futuro de los seres humanos, predestinando a algunos para vida eterna y a otros para muerte eterna? Desgraciadamente, muchos creen esto. No obstante, considera estas ideas:

 

  1. En el pasaje, la función de Cristo es determinante, ya que la decisión divina de adoptarnos se produce “por Jesucristo” (Efe. 1:5), o “en él” (Efe. 1:4, 11). Esto sugiere que la decisión y la predeterminación de Dios es para todos los que eligen la fe en Cristo; él no selecciona quién se salvará o se perderá caso por caso, incluso antes de que nazca la gente. La decisión de Dios es la respuesta divina, estudiada y predeterminada para quienes ejerzan fe en Cristo.
  2. Efesios 1:3 al 14 también contiene un vívido lenguaje relacional acerca de la obra salvífica de Dios. Dios es “Padre”, y nosotros somos los hijos “adoptivos” (Efe. 1:3–5), que recibimos sus bendiciones en abundancia (Efe. 1:8). Debemos entender el lenguaje sobre la elección y la predeterminación de Dios a la luz de este rico lenguaje relacional. Dios no es un juez distante e insensible que emite decretos a la distancia, sino el Padre cariñoso para todos sus hijos (ver Efe. 3:15).
  3. El hecho de que Dios honre la decisión humana se refleja en Efesios 1:3 al 14 (especialmente Efe. 1:13, donde “oír” y “creer” se consideran importantes), en otras partes de la carta (Efe. 2:8; 3:17; 4:1–6:20, todas ellas enfatizan o suponen el ejercicio de la decisión y la respuesta de fe), y en otros pasajes del Nuevo Testamento (p. ej., 1 Tim. 2:4; Hech. 17:22–31). O, como lo expresó Elena de White: “En el don incomparable de su Hijo, Dios ha rodeado al mundo entero con una atmósfera de gracia tan real como el aire que circula alrededor del globo. Todos los que elijan respirar esa atmósfera vivificante vivirán y crecerán hasta la estatura de hombres y mujeres en Cristo Jesús” (El camino a Cristo, p. 58).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:

  1. ¿Qué argumentos agregarías a los expuestos arriba para apoyar la idea de que Dios no decide antes de crearnos quién se salvará ni quién se perderá?
  2. En última instancia, ¿quién toma la decisión de si una persona se salva en Jesús o no?
  3. “En él tenemos redención por su sangre, el perdón de los pecados según la riqueza de su gracia” (Efe. 1:7). ¿Cómo revela este versículo la realidad de la salvación solo por la fe y no por las obras de la Ley?

Comentarios Elena G.W

Hemos de distinguirnos del mundo porque Dios imprimió su sello en nosotros y porque manifiesta en nosotros su carácter de amor. Nuestro Redentor nos ampara con su justicia…

Al escoger a hombres y mujeres para su servicio, Dios no pregunta si tienen bienes terrenales, cultura o elocuencia. Su pregunta es: ¿Andan ellos en tal humildad que yo pueda enseñarles mi camino? ¿Puedo poner mis palabras en sus labios? ¿Me representarán a mí?

Dios puede emplear a cada cual en la medida en que pueda poner su Espíritu en el templo del alma. Aceptará la obra que refleje su imagen. Sus discípulos han de llevar, como credenciales ante el mundo, las indelebles características de sus principios inmortales (El ministerio de curación, pp. 24, 25).

El Espíritu Santo se da como agente regenerador, para hacer efectiva la salvación obrada por la muerte de nuestro Redentor. El Espíritu Santo está tratando constantemente de llamar la atención de los hombres a la gran ofrenda hecha en la cruz del Calvario, de exponer al mundo el amor de Dios, y abrir al alma arrepentida las cosas preciosas de las Escrituras.

Después de convencer de pecado, y de presentar ante la mente la norma de justicia, el Espíritu Santo quita los afectos de las cosas de esta tierra, y llena el alma con un deseo de santidad. «Él os guiará a toda verdad» (Juan 16:13), declaró el Salvador. Si los hombres están dispuestos a ser amoldados, se efectuará la santificación de todo el ser. El Espíritu tomará las cosas de Dios y las imprimirá en el alma. Mediante su poder, el camino de la vida será hecho tan claro que nadie necesite errar (Los hechos de los apóstoles, p. 43).

Dios desea dar a su pueblo el refrigerio del Espíritu Santo, bautizándolo nuevamente en su amor. La falta de poder espiritual no tiene razón de ser en la iglesia. Después de la ascensión de Cristo, el Espíritu Santo descendió sobre los discípulos que esperaban, oraban y creían, con una plenitud y poder que llenó todos los corazones. En el futuro, toda la tierra debe ser iluminada con la gloria de Dios. Los que han sido santificados por la verdad deben ejercer sobre el mundo una santa influencia. Una atmósfera de gracia debe rodear el mundo. El Espíritu Santo obrará en los corazones, tomando las cosas de Dios y revelándolas a los hombres (Testimonios para la iglesia, t. 9, pp. 32, 33).

Elena G.W

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