Sábado 30 de septiembre – LA MISIÓN DE DIOS EN FAVOR DE NOSOTROS: PRIMERA PARTE

LA MISIÓN DE DIOS EN FAVOR DE NOSOTROS: PRIMERA PARTE “Pero Dios el Señor llamó al hombre y le dijo:’¿Dónde…

 Sábado 30 de septiembre – LA MISIÓN DE DIOS EN FAVOR DE NOSOTROS: PRIMERA PARTE

LA MISIÓN DE DIOS EN FAVOR DE NOSOTROS: PRIMERA PARTE

“Pero Dios el Señor llamó al hombre y le dijo:’¿Dónde estás?'» (Efe. 1:9, 10).

Sábado: 30 de septiembre

LA MISIÓN DE DIOS EN FAVOR DE NOSOTROS: PRIMERA PARTE

La misión encuentra su origen y su finalidad únicamente en Dios. Esta misión no comenzó con el llamado a Abram (Gén. 12:1-4) ni con el Éxodo (Éxo. 12:31-42). Ni siquiera comenzó con Jesucristo en la Tierra (Mat. 1:18-25)ni con los viajes misioneros de Pablo (Hech. 13:4-14:26). Esta misión comenzó con Dios mismo, cuando trajo a la existencia el Universo y luego creó a la humanidad (Gén. 1:26,27).

En las Escrituras, vemos a un Dios que intencionalmente se acerca a sus hijos y desea estar con ellos. Desde el principio, establece una relación con Adán y con Eva. Aun después de la entrada del pecado, él continúa con su misión. Pero esa misión ahora es restablecer su relación con la humanidad. Finalmente, la misión de Dios se cumplirá (Apoc. 21-22), y por esta razón debemos motivarnos en la labor de proclamar el evangelio eterno al mundo (Apoc. 14:6,7).

Por lo tanto, el fundamento de todo esfuerzo misionero debe centrarse en una relación con el Creador y en la comprensión adecuada de su naturaleza y su carácter misioneros.

Comentarios Elena G.W

Como las complicaciones semejantes a ruedas eran dirigidas por la mano que había debajo de las alas de los querubines, el complicado juego de los acontecimientos humanos se halla bajo el control divino. En medio de las disensiones y el tumulto de las naciones, el que está sentado más arriba que los querubines sigue guiando los asuntos de esta tierra.

La historia de las naciones nos habla a nosotros hoy. Dios asignó a cada nación e individuo un lugar en su gran plan. Hoy los hombres y las naciones son probados por la plomada que está en la mano de Aquel que no comete error. Por su propia elección, cada uno decide su destino, y Dios lo rige todo para cumplir sus propósitos.

Al unir un eslabón con otro en la cadena de los acontecimientos, desde la eternidad pasada a la eternidad futura, las profecías que el gran YO SOY dio en su Palabra nos dicen dónde estamos hoy en la procesión de los siglos y lo que puede esperarse en el tiempo futuro. Todo lo que la profecía predijo como habiendo de acontecer hasta el momento actual, se lee cumplido en las páginas de la historia, y podemos tener la seguridad de que todo lo que falta por cumplir se realizará en su orden (Profetas y reyes, pp. 393, 394).

Los planes eternos de Dios están por cumplirse, y el fin de todas las cosas está cerca. Es la hora cuando los que poseen un conocimiento de la verdad de Dios debieran alistarse bajo la bandera manchada de sangre del Príncipe Emmanuel. Debieran levantarse como defensores de la fe dada a los santos. Debieran hacer conocer al mundo qué significa guardar los mandamientos de Dios y tener la fe de Jesús. Debieran permitir que su luz brille claramente, derramando poderosos rayos sobre la senda de los que caminan en la oscuridad. Los soldados de Cristo debieran defender la verdad hombro a hombro, ser leales a ella, vindicando la ley de Jehová (Hijos e hijas de Dios, p. 271).

Así como los rayos del sol penetran hasta las partes más remotas del mundo, Dios quiere que el evangelio llegue a toda alma en la tierra…

De esta manera ha de cumplirse el propósito de Dios al llamar a su pueblo, desde Abraham en los llanos de Mesopotamia hasta nosotros en el siglo actual. Dice: «Haré de ti una nación grande, y te bendeciré… y serás bendición» Génesis 12:2… Si sobre nuestro espíritu nació la gloria del Señor, si hemos visto la hermosura del que es «señalado entre diez mil» y «todo él codiciable», si nuestra alma se llenó de resplandor en presencia de su gloria, entonces estas palabras del Maestro fueron dirigidas a nosotros. ¿Hemos estado con Cristo en el monte de la transfiguración? Abajo, en la llanura, hay almas esclavizadas por Satanás que esperan las palabras de fe y las oraciones que las pongan en libertad (El discurso maestro de Jesucristo, p. 39).

Elena G.W

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