Viernes 2 de febrero – PARA ESTUDIAR Y MEDITAR – CÓMO CANTAR LA CANCIÓN DEL SEÑOR EN TIERRA EXTRAÑA

CÓMO CANTAR LA CANCIÓN DEL SEÑOR EN TIERRA EXTRAÑA “¿Cómo habíamos de cantar canción del Señor en tierra extraña?” (Sal.…

 Viernes 2  de febrero – PARA ESTUDIAR Y MEDITAR – CÓMO CANTAR LA CANCIÓN DEL SEÑOR EN TIERRA EXTRAÑA

CÓMO CANTAR LA CANCIÓN DEL SEÑOR EN TIERRA EXTRAÑA

“¿Cómo habíamos de cantar canción del Señor en tierra extraña?” (Sal. 137:4).

Viernes: 2 de febrero

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:

Lee Salmo 56 y Elena de White, El camino a Cristo, “La fuente de regocijo y felicidad”, pp. 98-108.

Al igual que los salmistas, el pueblo de Dios de todos los tiempos cada tanto se pregunta cómo “cantar la canción del Señor en tierra extraña”. Nuestra fe en el gobierno soberano del Señor se ve desafiada, a veces en extremo, y podemos preguntarnos si Dios tiene el control o si realmente es tan poderoso y bueno como dicen las Escrituras.

La fe bíblica implica a menudo tanto incertidumbre y suspenso como confianza y afirmación. A veces, la incertidumbre y el suspenso, especialmente ante el mal y la aparente ausencia de Dios, pueden ser casi insoportables. Con todo, la incertidumbre nunca debe referirse a Dios, a su carácter amoroso y justo ni a su fidelidad. Los salmistas pueden tener dudas sobre el futuro, pero a menudo apelan al amor y la fidelidad inquebrantables de Dios (Sal. 36:5-10; 89:2, 8).

Nosotros debemos seguir el mismo ejemplo. “Reunid todas vuestras facultades para mirar hacia arriba, no hacia abajo a vuestras dificultades; entonces no desmayaréis por el camino. Pronto veréis a Jesús detrás de la nube, extendiendo su mano para ayudaros; y todo lo que tendréis que hacer será darle vuestra mano con fe sencilla y dejarle que os guíe. A medida que manifestéis confianza, tendréis esperanza por la fe en Jesús” (Elena de White, Testimonios para la iglesia, t. 5, p. 545).

Las ocasiones en que Dios “ha encubierto su rostro” no socavan la eficacia de la oración. Al contrario, estas ocasiones hacen que los salmistas reflexionen, recuerden los pasados actos salvíficos de Dios, y busquen a Dios con confesión y peticiones humildes (Sal. 77:10-12; 89:46-52). “La fe se fortalece al entrar en conflicto con dudas e influencias opositoras. La experiencia obtenida en estas pruebas es de más valor que las joyas más costosas” (Elena de White, Testimonios para la iglesia, t. 3, p. 609).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:

  1. ¿Qué tensiones experimentaron los salmistas frente al mal? ¿A qué tensiones similares te has enfrentado tú, y cómo las has afrontado? ¿Cómo conservas la fe durante estos tiempos?

  2. ¿Dónde debemos buscar respuestas cuando nuestra fe en Dios es puesta a prueba por las dificultades o por personas cuyos propios sufrimientos les hacen cuestionar la bondad y el poder de Dios?

  3. ¿Cómo responder la pregunta común sobre el mal en un mundo creado y sostenido por un todopoderoso Dios de amor? ¿Cómo ayuda la temática del Gran Conflicto a responder, al menos en parte, a este desafío?

Comentarios Elena G.W

Muchos procuran hacerse un cielo adquiriendo riquezas y poder. «Hablan con maldad de hacer violencia; hablan con altanería» (Salmo 73:8), pisotean los derechos humanos, y desprecian la autoridad divina. Podrán los orgullosos ejercer momentáneamente gran poder y tener éxito en todas sus empresas; pero al fin solo encontrarán desilusión y miseria.

El tiempo de la investigación de Dios ha llegado. El Altísimo descenderá para ver lo que los hijos de los hombres han construido. Su poder soberano se revelará; las obras del orgullo humano serán abatidas. «Desde los cielos miró Jehová; vio a todos los hijos de los hombres: desde la morada de su asiento miró sobre todos los moradores de la tierra». «Jehová hace nulo el consejo de las gentes, y frustra las maquinaciones de los pueblos. El consejo de Jehová permanecerá para siempre; los pensamientos de su corazón por todas las generaciones». Salmo 33:13, 14, 10, 11 (Historia de los patriarcas y profetas, p. 116).

El futuro nos depara grandes acontecimientos, y deseamos invitar al pueblo para que abandone su indiferencia y se prepare para ese día… No tenemos que abandonar ahora nuestra confianza, sino tener una firme seguridad, más firme que nunca antes. Hasta ahora nos ha ayudado el Señor, y nos ayudará hasta el fin. Contemplaremos las monumentales columnas, recuerdos de lo que el Señor ha hecho por nosotros, para consolarnos y salvarnos de la mano del destructor.

Debemos recordar con nitidez cada lágrima nuestra que el Señor ha enjugado, cada dolor que ha calmado, cada ansiedad que ha eliminado, cada temor que ha disipado, cada necesidad que ha satisfecho, cada misericordia concedida, y así fortalecernos para lo que aún nos espera delante en el peregrinaje (This Day With God, p. 58; parcialmente en Cada día con Dios, p. 56).

Desde el pesebre hasta la cruz, la vida de Jesús fue una vocación de entrega de sí mismo, y de participación en los sufrimientos. Reveló los propósitos de los hombres. Jesús vino con la verdad del cielo, y todos los que escucharon la voz del Espíritu Santo fueron atraídos a él. Los que se adoraban a sí mismos pertenecían al reino de Satanás. En su actitud hacia Cristo, todos iban a demostrar en qué lado estaban. Y así cada uno pronuncia juicio sobre sí mismo.

En el día del juicio final, cada alma perdida comprenderá la naturaleza de su propio rechazamiento de la verdad. Se presentará la cruz y toda mente que fue cegada por la transgresión verá su verdadero significado. Ante la visión del Calvario con su Víctima misteriosa, los pecadores quedarán condenados. Toda excusa mentirosa quedará anulada. La apostasía humana aparecerá en su odioso carácter. Los hombres verán lo que fue su elección. Toda cuestión de verdad y error en la larga controversia quedará entonces aclarada. A juicio del universo, Dios quedará libre de toda culpa por la existencia o continuación del mal (El Deseado de todas las gentes, p. 40).

Elena G.W

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