Miércoles 8 de mayo – LOS DOS TESTIGOS RESUCITAN – LOS DOS TESTIGOS
LOS DOS TESTIGOS “ ‘La hierba se seca, la flor se cae; pero la palabra de nuestro Dios permanece para…
LOS DOS TESTIGOS
“ ‘La hierba se seca, la flor se cae; pero la palabra de nuestro Dios permanece para siempre’ ” (Isa. 40:8).
Miércoles: 8 de mayo
LOS DOS TESTIGOS RESUCITAN
Lee Apocalipsis 11:11. ¿Qué predice este texto sobre la Palabra de Dios?
Apocalipsis 11:11
11 Pero después de tres días y medio entró en ellos el espíritu de vida enviado por Dios, y se levantaron sobre sus pies, y cayó gran temor sobre los que los vieron.
Al final de la Revolución Francesa, la Palabra de Dios, en sentido figurado, resucitaría. Habría un poderoso reavivamiento. Gran temor les sobrevendría a quienes vieran que la Palabra de Dios una vez más se convertiría en el poder vivo de Dios para salvación. A fines del siglo XVIII, Dios suscitó a hombres y mujeres que se comprometieron a llevar el evangelio hasta los confines de la Tierra. Hubo gente que difundió rápidamente el mensaje de la Biblia, como William Carey, que viajó a la India y tradujo la Biblia a docenas de dialectos indios. Se enviaron misioneros por todo el mundo, impulsados por el poder de la Biblia.
No es casualidad que estos esfuerzos misioneros mundiales surgieran después de la Revolución Francesa. La Palabra de Dios es una Palabra viva y, aunque para muchos parecía “muerta”, seguía viva en el corazón de los creyentes y resucitaría plenamente, como predecían las profecías del Apocalipsis. “En cierta ocasión, el incrédulo Voltaire dijo con arrogancia: ‘Estoy cansado de oír de continuo que doce hombres establecieron la religión cristiana. Yo he de probar que un solo hombre basta para destruirla’. Han transcurrido varias generaciones desde que Voltaire muriera, y millones han secundado su guerra contra la Biblia. Pero, tan lejos de ser destruida estuvo que, allí donde había cien ejemplares en tiempo de Voltaire, hoy día hay diez mil, por no decir cien mil copias del Libro de Dios. Como dijo uno de los primitivos reformadores al hablar de la iglesia cristiana: ‘La Biblia es un yunque sobre el cual se han gastado muchos martillos’ ” (Elena de White, El conflicto de los siglos, p. 332).
Lee Salmos 119:89; y 111:7 y 8. ¿Qué nos dicen estos pasajes acerca de la Biblia, y por qué podemos confiar en ella?
Salmos 119:89
89 Para siempre, oh Jehová, Permanece tu palabra en los cielos.
Salmos 111:7-8
7 Las obras de sus manos son verdad y juicio; Fieles son todos sus mandamientos, 8 Afirmados eternamente y para siempre, Hechos en verdad y en rectitud.
La Palabra de Dios puede ser atacada o suprimida, pero nunca será erradicada. Incluso muchos que profesan ser cristianos socavan su autoridad de diversas maneras, cuestionando partes de la Biblia o haciendo tanto hincapié en los elementos humanos que casi pierde su sello divino, y la verdad de Dios se ve socavada.
En ningún caso debemos dejarnos seducir por estos ataques a la Palabra de Dios. Hoy sigue viva, habla al corazón humano, e insufla nueva vida a quienes están dispuestos a escuchar la Palabra y seguir sus enseñanzas.
¿Qué profecías en particular te hablan a ti, personalmente, y por qué?
Comentarios Elena G.W
Hablando de los dos testigos, el profeta dice además: «Y oyeron una grande voz del cielo, que les decía: Subid acá. Y subieron al cielo en una nube, y sus enemigos los vieron». Apocalipsis 11:12. Desde que Francia les declarara la guerra, estos dos testigos de Dios han recibido mayor honra que nunca antes. En el año 1804 se organizó la Sociedad Bíblica Británica y Extranjera. Este hecho fue seguido de otros semejantes en otras partes de Europa donde se organizaron sociedades similares con numerosas ramas esparcidas por muchas partes del continente. En 1816 se fundó la Sociedad Bíblica Americana. Cuando se creó la Sociedad Británica, la Biblia circulaba en cincuenta idiomas. Desde entonces ha sido traducida a centenares de idiomas y dialectos (El conflicto de los siglos, p. 288).
Durante los cincuenta años que precedieron a 1792, se daba muy escasa importancia a la obra de las misiones en el extranjero. No se fundaron sociedades nuevas, y eran muy pocas las iglesias que se esforzaban por extender el evangelio en los países paganos. Pero en las postrimerías del siglo XVIII se vio un cambio notable. Los hombres comenzaron a sentirse descontentos con los resultados del racionalismo y comprendieron la gran necesidad que tenían de la revelación divina y de la experiencia religiosa. Desde entonces la obra de las misiones en el extranjero se extendió rápidamente.
Los adelantos de la imprenta dieron notable impulso a la circulación de la Biblia. El incremento de los medios de comunicación entre los diferentes países, la supresión de las barreras del prejuicio y del exclusivismo nacional, y la pérdida del dominio temporal del pontífice de Roma, han ido abriéndole paso a la Palabra de Dios. Hace ya muchos años que la Biblia se vende en las calles de Roma sin que haya quien lo impida, y en el día de hoy ha sido llevada a todas las partes del mundo habitado (El conflicto de los siglos, p. 289).
El gran plan de la redención dará por resultado el completo restablecimiento del favor de Dios para el mundo. Será restaurado todo lo que se perdió a causa del pecado. No solo el hombre, sino también la tierra, será redimida, para que sea la morada eterna de los obedientes. Durante seis mil años, Satanás luchó por mantener la posesión de la tierra. Pero se cumplirá el propósito original de Dios al crearla. «Tomarán el reino los santos del Altísimo, y poseerán el reino hasta el siglo, y hasta el siglo de los siglos’. Daniel 7:18.
«Desde el nacimiento del sol hasta donde se pone, sea alabado el nombre de Jehová». «En aquel día Jehová será uno, y uno su nombre». «Y Jehová será Rey sobre toda la tierra». La Sagrada Escritura dice: «Para siempre, oh Jehová, permanece tu palabra en los cielos». «Fieles son todos sus mandamientos; afirmados por siglo de siglo». Los sagrados estatutos que Satanás ha odiado y ha tratado de destruir, serán honrados en todo el universo inmaculado. Y «como la tierra produce su renuevo, y como el huerto hace brotar su simiente, así el Señor Jehová hará brotar justicia y alabanza delante de todas las gentes». Salmo 1 13:3; Zacarias 14:9; Salmo 1 19:89; 111:7, 8; Isaías 61:11 (Historia de los patriarcas y profetas, p. 342).