Domingo 10 de septiembre – TERMINOLOGÍA DE BATALLA – EL LLAMADO A ESTAR FIRMES

EL LLAMADO A ESTAR FIRMES “Por lo demás, hermanos míos, fortalézcanse en el Señor y en el poder de su…

 Domingo 10 de septiembre – TERMINOLOGÍA DE BATALLA – EL LLAMADO A ESTAR FIRMES

EL LLAMADO A ESTAR FIRMES

“Por lo demás, hermanos míos, fortalézcanse en el Señor y en el poder de su fuerza. Vístanse de toda la armadura de Dios, para que puedan estar firmes contra las artimañas del diablo” (Efe. 6:10, 11).

Domingo: 10 de septiembre

TERMINOLOGÍA DE BATALLA

Estudia la resonante conclusión de Pablo en su carta, en Efesios 6:10 al 20. ¿Qué significa el grito de guerra de Pablo para nosotros hoy, como combatientes en el Gran Conflicto?

 

Efesios 6:10-20

10 Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. 11 Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. 12 Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. 13 Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. 14 Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia, 15 y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. 16 Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. 17 Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios; 18 orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos; 19 y por mí, a fin de que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio, 20 por el cual soy embajador en cadenas; que con denuedo hable de él, como debo hablar.

Pablo concluye Efesios con un llamado a luchar, e insta a los creyentes a adoptar una postura en la guerra de la iglesia contra el mal (Efe. 6:10-20). Comienza con una exhortación general a “fortal[ecerse] en el Señor” (Efe. 6:10), que repite como un llamado a “v[estirse] de toda la armadura de Dios” (Efe. 6:11). Él apoya este llamado al especificar un propósito (para poder resistir las artimañas del diablo, Efe. 6:11) y al ofrecer una justificación: la batalla es contra las poderosas fuerzas espirituales del mal (Efe. 6:12). Con más detalle, luego Pablo vuelve a emitir el llamado a “tomar las armas”. Los creyentes deben “v[estirse] de toda la armadura de Dios” para mantenerse firmes en la batalla (Efe. 6:13), ajustarse el cinturón, colocarse la coraza, el calzado, el escudo, el yelmo y la espada (Efe. 6:14-17). Pablo invita a los creyentes, ahora totalmente armados y listos para entrar en combate, a hacer lo que harían los soldados en el antiguo campo de batalla, es decir, orar (Efe. 6:18–20).

Al reflejar las exhortaciones de guerra o los discursos previos a la batalla del Antiguo Testamento, Pablo habla de la misión de la iglesia en términos de conflicto militar y armas. Pablo señala esto en su primer mandato general: “Fortalézcanse en el Señor y en el poder de su fuerza” (Efe. 6:10).

Las exhortaciones bélicas en el Antiguo Testamento (ver, por ejemplo, Deut. 20:2–4; Juec. 7:15–18; 2 Crón. 20:13–20; 32:6–8; Neh. 4:14, 19, 20) resaltan la idea de que el éxito de Israel en batalla no depende de la superioridad de sus propias armas ni de un ejército que supere en número a sus enemigos. La victoria es consecuencia de la dependencia de la presencia y el poder de Dios. La clave del éxito no era la confianza en sí mismos, sino la confianza firme en el poder de Dios y en su provisión para el éxito. Pablo hace un uso audaz de estos temas para exhortar a los creyentes a: (1) ser activos en la búsqueda de la misión de la iglesia; (2) estar atentos a las dimensiones invisibles que impactan su vida y su testimonio; (3) ser conscientes de la provisión divina para el éxito; y (4) estar siempre alertas a la importancia de la unidad y la colaboración entre los creyentes.

La advertencia de Pablo de que no luchamos contra carne y sangre sino contra enemigos sobrenaturales, ¿qué debería enseñarnos acerca de dónde está nuestra única esperanza de victoria?

Comentarios Elena G.W

Cristo no dijo a sus discípulos que su trabajo sería fácil. Les mostró la vasta confederación del mal puesta en orden de batalla contra ellos. Tendrían que luchar «contra principados, contra potestades, contra señores del mundo, gobernadores de estas tinieblas, contra malicias espirituales en los aires». Efesios 6:12. Pero no se los dejaría luchar solos. Les aseguró que él estaría con ellos; y que si ellos avanzaban con fe, estarían bajo el escudo de la omnipotencia. Les ordenó que fuesen valientes y fuertes; porque Uno más poderoso que los ángeles estaría en sus filas: el General de los ejércitos del cielo. Hizo amplia provisión para la prosecución de su obra, y asumió él mismo la responsabilidad de su éxito. Mientras obedecieran su palabra y trabajasen en comunión con él, no podrían fracasar (Los hechos de los apóstoles, p. 24).

Todos los que quieran ser soldados de la cruz de Cristo deben ceñirse la armadura y prepararse para el conflicto. No debieran ser intimidades por amenazas ni aterrorizados por riesgos. Deben ser precavidos en el peligro, y sin embargo firmes y valientes en afrontar al enemigo y reñir la batalla de Dios. La consagración del seguidor de Cristo debe ser completa. Padre, madre, esposa, hijos, casas, tierras, todo debe considerarse como secundario ante la obra y la causa de Dios. Debe estar dispuesto a llevar paciente, alegre y gozosamente cualquier cosa que en la providencia de Dios sea llamado a sufrir. Su recompensa final será compartir con Cristo el trono de gloria inmortal… [Se cita Jueces 7:5].

El Señor está dispuesto a hacer grandes cosas por nosotros. No ganaremos la victoria mediante números, sino mediante una entrega plena del alma a Jesús. Debemos avanzar en su fortaleza, confiando en el poderoso Dios de Israel…

El Señor está dispuesto igualmente ahora a actuar mediante los esfuerzos humanos, y a realizar grandes cosas mediante débiles instrumentos. Es esencial tener un conocimiento inteligente de la verdad, pues ¿en qué otra forma podríamos hacer frente a sus astutos oponentes? Debe estudiarse la Biblia no solo por las doctrinas que enseña sino por sus lecciones prácticas. Nunca debierais ser sorprendidos, nunca debierais estar sin vuestra armadura puesta. Estad preparados para cualquier emergencia, para cualquier llamamiento del deber. Aguardad, velad por cada oportunidad para presentar la verdad; sed versados en las profecías, familiarizaos con las lecciones de Cristo. No confiéis en argumentos bien preparados. Un argumento solo no es suficiente. Debéis buscar a Dios puestos de rodillas; debéis salir para encontrar a las personas mediante el poder y la influencia de su Espíritu (Comentarios de Elena G. de White en Comentario bíblico adventista, t. 2, pp. 997, 998).

Elena G.W

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