Domingo 21 de abril – PERSEGUIDA, PERO TRIUNFANTE – DEFENDAMOS LA VERDAD

DEFENDAMOS LA VERDAD “Como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del hombre sea…

 Domingo 21 de abril – PERSEGUIDA, PERO TRIUNFANTE – DEFENDAMOS LA VERDAD

DEFENDAMOS LA VERDAD

“Como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del hombre sea levantado, para que todo el que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna” (Juan 3:14, 15).

Domingo: 21 de abril

PERSEGUIDA, PERO TRIUNFANTE

Lee Daniel 7:23 al 25; y Apocalipsis 12:6 y 14. ¿A qué períodos proféticos se refieren estos pasajes?

 

Daniel 7:23-25

23 Dijo así: La cuarta bestia será un cuarto reino en la tierra, el cual será diferente de todos los otros reinos, y a toda la tierra devorará, trillará y despedazará. 24 Y los diez cuernos significan que de aquel reino se levantarán diez reyes; y tras ellos se levantará otro, el cual será diferente de los primeros, y a tres reyes derribará. 25 Y hablará palabras contra el Altísimo, y a los santos del Altísimo quebrantará, y pensará en cambiar los tiempos y la ley; y serán entregados en su mano hasta tiempo, y tiempos, y medio tiempo.

 

Apocalipsis 12:6 y 14

Y la mujer huyó al desierto, donde tiene lugar preparado por Dios, para que allí la sustenten por mil doscientos sesenta días.

14 Y se le dieron a la mujer las dos alas de la gran águila, para que volase de delante de la serpiente al desierto, a su lugar, donde es sustentada por un tiempo, y tiempos, y la mitad de un tiempo.

Cuando el pueblo de Dios permanece fiel a él, Satanás se enfurece. A menudo sobreviene la persecución. El profeta Daniel describió un tiempo, todavía futuro para él, cuando la iglesia medieval “combat[iría]” y “quebrantar[ía]” al pueblo de Dios (Dan. 7:21, 25). El profeta Juan describió este mismo período como una época en la que la iglesia de Dios se vio obligada a huir al desierto, donde sería “sustentada por un tiempo, tiempos y medio tiempo” (Apoc. 12:14). Apocalipsis 12:6 añade: “La mujer [la iglesia] huyó al desierto, a un lugar preparado por Dios”. El pueblo de Dios fue sustentado en el desierto. Su Palabra lo fortaleció y lo sostuvo, mientras el Gran Conflicto hacía estragos durante este largo y oscuro período de dominación papal.

Dios tenía un “lugar preparado” para su pueblo. En los mayores desafíos de la vida, Dios siempre prepara un lugar para sus fieles seguidores. Durante los momentos de mayor prueba, su pueblo ha encontrado refugio en su amor y cuidado. (Ver Sal. 46).

Los 1.260 días y un tiempo, tiempos y medio tiempo de Apocalipsis 12:6 y 14 se refieren al mismo período (3½ tiempos o años x 360 días/año = 1.260 días). La profecía bíblica a menudo está escrita en símbolos. En las porciones proféticas de Daniel y Apocalipsis, un día profético equivale a un año literal. Encontramos este principio día-año en Números 14:34 y Ezequiel 4:6.

El principio de día por año no se basa solo en estos dos textos, sino en un amplio fundamento bíblico. El Dr. William Shea, cronólogo y erudito del Antiguo Testamento, presenta 23 líneas de evidencia bíblica a lo largo del Antiguo Testamento para este principio. Los intérpretes de la Biblia la han utilizado a lo largo de los siglos.

Los visigodos, los vándalos y los ostrogodos eran tribus que creían doctrinas diferentes de la enseñanza oficial de Roma. Los 1.260 días comenzaron cuando la última de estas tribus bárbaras, los ostrogodos, fueron expulsados de Roma en 538 d.C. Este período de oscuridad espiritual continuó hasta 1798, cuando el general Berthier, de Napoleón, expulsó al papa de Roma. Innumerables cristianos fueron martirizados durante este largo período por obedecer la Palabra de Dios. Hasta en la muerte, triunfaron. En Cristo fueron libres de la culpa y del dominio del pecado, al vencer “por la sangre del Cordero”. La victoria de Cristo sobre Satanás en la Cruz fue la victoria de ellos. Aunque murieron, su muerte es solo un descanso hasta el regreso de Cristo.

El cumplimiento de las profecías bíblicas, ¿cómo ha fortalecido tu fe?

Comentarios Elena G.W

En el siglo VI el papado ya estaba firmemente establecido. La sede de su poder se hallaba en la ciudad imperial, y se declaró que el obispo de Roma era la cabeza de toda la iglesia. El paganismo había cedido su lugar al papado. El dragón había dado a la bestia «su poder y su trono, y grande autoridad». Apocalipsis 13:2. Y entonces comenzaron los 1,260 años de opresión papal predichos en las profecías de Daniel y Juan. Daniel 7:25; Apocalipsis 13:5-7. Los cristianos se vieron obligados a elegir entre renunciar a su integridad y aceptar las ceremonias y el culto católico, o pasarse la vida en las mazmorras, o morir en el potro, entre rejas o víctimas del hacha del verdugo. Entonces se cumplieron las palabras de Jesús: «Mas seréis entregados aun por vuestros padres, y hermanos, y parientes, y amigos; y matarán a algunos de vosotros; y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre». Lucas 21:16, 17. La persecución se desató sobre los fieles con mayor furia que antes, y el mundo se convirtió en un vasto campo de batalla. Por cientos de años la iglesia de Cristo encontró refugio escondiéndose y en la oscuridad. Así dice el profeta: «Y la mujer huyó al desierto, donde tiene lugar preparado por Dios, para que allí la sustenten por mil doscientos sesenta días». Apocalipsis 12:6 (La historia de la redención, pp. 347, 348).

Hace alrededor de diecinueve siglos que los apóstoles descansan de sus labores; pero la historia de sus fatigas y sacrificios por la causa de Cristo se encuentra todavía entre los más preciosos tesoros de la iglesia. Dicha historia, escrita bajo la dirección del Espíritu Santo, fue registrada a fin de que por ella los seguidores de Cristo de todas las épocas fuesen inducidos a empeñarse con mayor celo y fervor en la causa del Salvador…

Los apóstoles no cumplían su misión por su propio poder, sino con el del Dios viviente. Su tarea no era fácil. Las primeras labores de la iglesia cristiana se realizaron bajo opresión y amarga aflicción. Los discípulos encontraban constantemente privaciones, calumnias y persecuciones en su trabajo; pero no consideraban sus propias vidas como caras; antes se regocijaban porque eran llamados a sufrir por Cristo. La irresolución, la indecisión, y la debilidad de propósito no hallaban cabida en sus esfuerzos. Estaban dispuestos a gastar y ser gastados. El sentido de la responsabilidad que descansaba sobre ellos, purificaba y enriquecía sus vidas; y la gracia del cielo se revelaba en las conquistas que lograron para Cristo (Los hechos de los apóstoles, pp. 474, 475).

Estamos en el mismo umbral de acontecimientos grandes y solemnes. La profecía se está cumpliendo rápidamente. El Señor está a la puerta… Una crisis está por sobrecogernos.

Pero los siervos de Dios no han de confiar en sí mismos en esta grande emergencia. En las visiones dadas a Isaías, a Ezequiel y a Juan, vemos cuán íntimamente está relacionado el cielo con los acontecimientos que suceden en la tierra, y cuán grande es el cuidado de Dios para con los que son leales. El mundo no está sin gobernante. El programa de los acontecimientos venideros está en las manos del Señor. La Majestad del cielo tiene a su cargo el destino de las naciones, como también lo que concierne a su iglesia (Testimonios para la iglesia, t. 5, p. 703).

Elena G.W

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