Lunes 4 de marzo – RECORDAR LA HISTORIA Y ALABAR A DIOS – LECCIONES DEL PASADO

LECCIONES DEL PASADO “Lo que hemos oído y entendido, que nuestros padres nos contaron. No las ocultaremos a sus hijos,…

 Lunes 4 de marzo – RECORDAR LA HISTORIA Y ALABAR A DIOS – LECCIONES DEL PASADO

LECCIONES DEL PASADO

“Lo que hemos oído y entendido, que nuestros padres nos contaron. No las ocultaremos a sus hijos, contaremos a la generación venidera las alabanzas del Señor, su fortaleza y las maravillas que hizo” (Sal. 78:3, 4).

Lunes: 4 de marzo

RECORDAR LA HISTORIA Y ALABAR A DIOS

Lee Salmo 105. ¿Qué acontecimientos históricos y sus lecciones se destacan en este salmo?

 

Salmo 105

1 Alabad a Jehová, invocad su nombre; Dad a conocer sus obras en los pueblos. Cantadle, cantadle salmos; Hablad de todas sus maravillas. Gloriaos en su santo nombre; Alégrese el corazón de los que buscan a Jehová. Buscad a Jehová y su poder; Buscad siempre su rostro. Acordaos de las maravillas que él ha hecho, De sus prodigios y de los juicios de su boca, Oh vosotros, descendencia de Abraham su siervo, Hijos de Jacob, sus escogidos. Él es Jehová nuestro Dios; En toda la tierra están sus juicios. Se acordó para siempre de su pacto; De la palabra que mandó para mil generaciones, La cual concertó con Abraham, Y de su juramento a Isaac. 10 La estableció a Jacob por decreto, A Israel por pacto sempiterno, 11 Diciendo: A ti te daré la tierra de Canaán Como porción de vuestra heredad. 12 Cuando ellos eran pocos en número, Y forasteros en ella, 13 Y andaban de nación en nación, De un reino a otro pueblo, 14 No consintió que nadie los agraviase, Y por causa de ellos castigó a los reyes. 15 No toquéis, dijo, a mis ungidos, Ni hagáis mal a mis profetas. 16 Trajo hambre sobre la tierra, Y quebrantó todo sustento de pan. 17 Envió un varón delante de ellos; A José, que fue vendido por siervo. 18 Afligieron sus pies con grillos; En cárcel fue puesta su persona. 19 Hasta la hora que se cumplió su palabra, El dicho de Jehová le probó. 20 Envió el rey, y le soltó; El señor de los pueblos, y le dejó ir libre. 21 Lo puso por señor de su casa, Y por gobernador de todas sus posesiones, 22 Para que reprimiera a sus grandes como él quisiese, Y a sus ancianos enseñara sabiduría. 23 Después entró Israel en Egipto, Y Jacob moró en la tierra de Cam. 24 Y multiplicó su pueblo en gran manera, Y lo hizo más fuerte que sus enemigos. 25 Cambió el corazón de ellos para que aborreciesen a su pueblo, Para que contra sus siervos pensasen mal. 26 Envió a su siervo Moisés, Y a Aarón, al cual escogió. 27 Puso en ellos las palabras de sus señales, Y sus prodigios en la tierra de Cam. 28 Envió tinieblas que lo oscurecieron todo; No fueron rebeldes a su palabra. 29 Volvió sus aguas en sangre, Y mató sus peces. 30 Su tierra produjo ranas Hasta en las cámaras de sus reyes. 31 Habló, y vinieron enjambres de moscas, Y piojos en todos sus términos. 32 Les dio granizo por lluvia, Y llamas de fuego en su tierra. 33 Destrozó sus viñas y sus higueras, Y quebró los árboles de su territorio. 34 Habló, y vinieron langostas, Y pulgón sin número; 35 Y comieron toda la hierba de su país, Y devoraron el fruto de su tierra. 36 Hirió de muerte a todos los primogénitos en su tierra, Las primicias de toda su fuerza. 37 Los sacó con plata y oro; Y no hubo en sus tribus enfermo. 38 Egipto se alegró de que salieran, Porque su terror había caído sobre ellos. 39 Extendió una nube por cubierta, Y fuego para alumbrar la noche. 40 Pidieron, e hizo venir codornices; Y los sació de pan del cielo. 41 Abrió la peña, y fluyeron aguas; Corrieron por los sequedales como un río. 42 Porque se acordó de su santa palabra Dada a Abraham su siervo. 43 Sacó a su pueblo con gozo; Con júbilo a sus escogidos. 44 Les dio las tierras de las naciones, Y las labores de los pueblos heredaron; 45 Para que guardasen sus estatutos, Y cumpliesen sus leyes. Aleluya.

Salmo 105 recuerda acontecimientos clave que configuraron la relación de pacto entre el Señor y el pueblo de Israel. Se centra en el pacto de Dios con Abraham de darles la Tierra Prometida a él y a sus descendientes, y en cómo esta promesa, confirmada a Isaac y Jacob, se cumplió providencialmente por medio de José, Moisés y Aarón, y en el momento de la conquista de Canaán. El salmo da esperanza al pueblo de Dios de todas las generaciones, porque las maravillosas obras de Dios en el pasado garantizan el amor inmutable de Dios por su pueblo de todos los tiempos (Sal. 105:1-5, 7, 8).

Salmo 105 se asemeja a Salmo 78 (ver la lección de ayer) al destacar la fidelidad de Dios hacia su pueblo en la historia, y lo hace para glorificar a Dios e inspirar fidelidad. Sin embargo, a diferencia de Salmo 78, Salmo 105 no menciona los errores pasados del pueblo. Este salmo tiene un propósito diferente.

En Salmo 105, la historia se narra por medio de la vida de los patriarcas más grandes de Israel, mostrando la conducción providencial de Dios y la paciente constancia de los patriarcas ante las dificultades. La perseverancia de los patriarcas y su lealtad a Dios fueron ricamente recompensadas. Por consiguiente, Salmo 105 invita a imitar la fe de los patriarcas y a esperar con confianza la liberación de Dios a su tiempo.

Salmo 105 posee ciertas características de himno (Sal. 105:1-7) que muestran que, para alabar verdaderamente a Dios, el pueblo de Dios necesita conocer los hechos de su historia. La historia brinda tanto la validación de nuestra fe como innumerables razones para alabar a Dios.

Habla a los adoradores como descendientes de Abraham e hijos de Jacob (Sal. 105:6), y por ende los considera el cumplimiento de la promesa de Dios a Abraham de hacer de él una gran nación (Gén. 15:3-6). El salmista subraya la continuidad entre los patriarcas y las generaciones posteriores del pueblo de Dios. El salmista enfatiza que en toda la tierra están sus juicios” (Sal. 105:7; énfasis añadido), con lo que amonesta a los adoradores a que no olviden que “nuestro Dios” es también el Señor soberano de todo el mundo y que su misericordia se extiende a todos los pueblos (Sal. 96:1; 97:1). Evidentemente, es un llamado a la fidelidad para cada generación de creyentes.

¿Cómo deberíamos vernos nosotros, como adventistas, en esta enumeración de personas, desde Abraham en adelante? (Ver Gál. 3:29). ¿Qué lecciones debemos aprender de esta historia?

Comentarios Elena G.W

La historia del Antiguo Testamento se registró en beneficio de las generaciones venideras. También son muy necesarias las lecciones del Nuevo Testamento. Aquí de nuevo Cristo es el Instructor, que conduce a su pueblo para que busque esa sabiduría que viene de lo alto, y para que obtenga esa instrucción acerca de la justicia que modelará el carácter de acuerdo con la semejanza divina. Las Escrituras, tanto del Antiguo Testamento como del Nuevo, nos enseñan los principios en que se basan tanto la obediencia a los mandamientos como los requisitos para obtener esa vida que se equipara con la de Dios, porque por medio de la obediencia llegamos a participar de la naturaleza divina, y aprendemos a huir de la corrupción que encontramos en el mundo debido a la concupiscencia. Por lo tanto, debemos estudiar sus máximas y obedecer sus mandamientos y principios, que son más preciosos que el oro, para incorporarlos a nuestro diario vivir (Cada día con Dios, p. 252).

El trato de Dios con su pueblo debe mencionarse con frecuencia. ¡Cuán a menudo levantó el Señor, en su trato con el antiguo Israel, los hijos del camino! A fin de que no olvidasen la historia pasada, ordenó a Moisés que inmortalizase esos acontecimientos en cantos, a fin de que los padres pudiesen enseñárselos a sus hijos. Habían de levantar monumentos recordativos bien a la vista. Debían esmerarse para conservarlos, a fin de que cuando los niños preguntasen acerca de esas cosas, les pudiesen repetir toda la historia. Así eran recordados el trato providencial y la señalada bondad y misericordia de Dios en su cuidado y liberación de su pueblo. Se nos exhorta a traer «a la memoria los días pasados, en los cuales, después de haber sido iluminados, sufristeis gran combate de aflicciones». Hebreos 10:32. El Señor ha obrado como un Dios realizador de prodigios en favor de su pueblo en esta generación… «Necesitamos relatar a menudo la bondad de Dios y alabarle por sus obras admirables» (Conflicto y valor, p. 364).

Hombres, mujeres y jóvenes, Dios requiere de vosotros que poseáis valor moral, firmeza de propósito, fortaleza y perseverancia, mentes que no admitan los asertos ajenos, sino que investiguen por su cuenta antes de aceptarlos o rechazarlos, y escuchen y pesen las evidencias, y las lleven al Señor en oración. «Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, demándela a Dios, el cual da a todos abundantemente, y no zahiere; y le será dada». Santiago 1:5. Ahora bien, se impone la condición: «Pero pida en fe, no dudando nada: porque el que duda es semejante a la onda de la mar, que es movida del viento, y echada de una parte a otra. No piense pues el tal hombre que recibirá ninguna cosa del Señor». vers. 6, 7. Esta petición de sabiduría no debe ser una oración sin sentido, que se olvide tan pronto como se haya terminado. Es una oración que expresa el enérgico y ferviente deseo inspirado al corazón por un consciente anhelo de poseer sabiduría para discernir la voluntad de Dios (Testimonios para la iglesia, t. 2, p. 119).

Elena G.W

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