Martes 23 de abril – VALOR PARA PERMANECER FIRMES – DEFENDAMOS LA VERDAD

DEFENDAMOS LA VERDAD “Como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del hombre sea…

 Martes 23 de abril – VALOR PARA PERMANECER FIRMES – DEFENDAMOS LA VERDAD

DEFENDAMOS LA VERDAD

“Como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del hombre sea levantado, para que todo el que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna” (Juan 3:14, 15).

Martes: 23 de abril

VALOR PARA PERMANECER FIRMES

Compara Hechos 5:28 al 32 con Efesios 6:10 al 12 y Apocalipsis 3:11. ¿Qué principio básico se encuentra en estos pasajes?

 

Hechos 5:28-32

28 diciendo: ¿No os mandamos estrictamente que no enseñaseis en ese nombre? Y ahora habéis llenado a Jerusalén de vuestra doctrina, y queréis echar sobre nosotros la sangre de ese hombre. 29 Respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres. 30 El Dios de nuestros padres levantó a Jesús, a quien vosotros matasteis colgándole en un madero. 31 A este, Dios ha exaltado con su diestra por Príncipe y Salvador, para dar a Israel arrepentimiento y perdón de pecados. 32 Y nosotros somos testigos suyos de estas cosas, y también el Espíritu Santo, el cual ha dado Dios a los que le obedecen.

 

Efesios 6:10-12

10 Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. 11 Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. 12 Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.

 

Apocalipsis 3:11

11 He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona.

Una de las características distintivas de los valdenses, y de cada uno de los reformadores, era su absoluta lealtad a Dios, su obediencia a la autoridad de las Escrituras y su compromiso con la supremacía de Cristo, no del papado. Su mente estaba saturada de historias de fe y coraje del Nuevo Testamento.

Con Pedro y los apóstoles, podían decir: “Es preciso obedecer a Dios antes que a los hombres” (Hech. 5:29). Comprendieron la admonición de Pablo: “Por lo demás, hermanos míos, fortalézcanse en el Señor y en el poder de su fuerza” (Efe. 6:10). Se tomaron a pecho el consejo de Jesús: “Retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona” (Apoc. 3:11). En lugar de someterse a las tradiciones de la Iglesia Romana, estos hombres y mujeres de fe tuvieron el valor de defender las verdades de la Palabra de Dios.

Los valdenses fueron uno de los primeros grupos en disponer de la Biblia en su propio idioma. Jean Leger, copista valdense de la Biblia, escribió un conmovedor relato de su trabajo de copia manual de la Biblia, que contiene información de primera mano sobre su trabajo, incluyendo dibujos. Los valdenses copiaban en secreto las Escrituras en sus comunidades montañosas del norte de Italia y el sur de Francia. Los padres instruían a sus jóvenes a una edad temprana, quienes memorizaban grandes porciones de las Escrituras. Los equipos de copistas bíblicos trabajaban juntos para copiar laboriosamente la Biblia. Muchos de estos jóvenes valdenses viajaban por toda Europa como mercaderes compartiendo las verdades de las Escrituras en forma discreta. Algunos se matriculaban en universidades y, cuando surgía la oportunidad, compartían porciones de las Escrituras con sus compañeros de estudios. Guiados por el Espíritu Santo, en el momento oportuno, cuando percibían receptividad por parte de algún buscador honesto, regalaban porciones selectas de sus preciosos pasajes de las Escrituras. Muchos pagaron con la vida su fidelidad y devoción. Aunque los valdenses no entendían claramente todas las enseñanzas bíblicas, conservaron la verdad de la Palabra de Dios durante siglos, compartiéndola con los demás.

“La senda de los justos es como la luz de la aurora, que va en aumento hasta llegar al pleno día” (Prov. 4:18). Salomón compara el camino por el que Dios conduce a sus hijos con un Sol que se eleva cada vez más. Si Dios simplemente pulsara un interruptor cósmico y el Sol brillara al instante con todo su resplandor, nos cegaría. Después de que la oscuridad envolviera al mundo durante siglos, Dios suscitó a hombres y mujeres, comprometidos con su Palabra, que siguieron buscando más.

¿Cómo podemos nosotros, al reflejar la luz de Cristo, brillar en nuestra propia comunidad?

Comentarios Elena G.W

Vi que es nuestro deber en todos los casos obedecer las leyes de nuestro país, a menos que estén en conflicto con la ley superior que Dios dio en forma audible en el Sinaí, y después grabó en tablas de piedra con su propio dedo. «Daré mi ley en su mente y la escribiré en su corazón, y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo». Jeremías 31:33. Los que tienen la ley de Dios escrita en su corazón obedecerán a Dios antes que a los hombres, y preferirán desobedecer a todos los hombres antes que desviarse en lo mínimo del mandamiento de Dios. El pueblo de Dios, enseñado por la inspiración de la verdad, y conducido por una buena conciencia para vivir de acuerdo con cada palabra de Dios, adoptará la ley escrita en el corazón como la única autoridad que puede reconocer o consentir en obedecer. La sabiduría y la autoridad de la ley divina son supremas (Testimonios para la iglesia, t. 1, p. 322).

No permita que su fe vacile. Libre la buena batalla de la fe y eche mano de la vida eterna. Será una batalla tremenda, pero líbrela a cualquier costo, porque las promesas de Dios son sí y amén en Cristo Jesús. Ponga su mano en la de Cristo. Habrá dificultades que vencer, pero ángeles que sobresalen en fortaleza cooperarán con el pueblo de Dios. Dirija su mirada hacia Sion, ábrase paso hacia la ciudad de las solemnidades. Una gloriosa corona y una túnica tejida en el telar del cielo aguardan al vencedor. Aunque Satanás proyecte su sombra infernal sobre su senda, y trate de ocultar de su vista la mística escalera que se extiende entre la tierra y el trono de Dios, por la cual ascienden y descienden los ángeles que son espíritus ministradores para los que serán herederos de la salvación, ábrase paso hacia las alturas, ponga firmemente su pie en un peldaño tras otro, y avance en dirección del trono del Infinito (Mente, carácter y personalidad, t. 2, pp. 479, 480).

Cristo no pide que sus seguidores luchen por brillar. El dice: Dejad que brille vuestra luz. Si habéis recibido la gracia de Dios, la luz está en vosotros. Quitad los impedimentos, y la gloria del Señor se revelará. La luz brillará, para penetrar y disipar las tinieblas. No podéis dejar de brillar en vuestra esfera de influencia.

La revelación de su propia gloria en la forma humana, acercará tanto el cielo a los hombres que la belleza que adorne el templo interior se verá en toda alma en quien more el Salvador. Los hombres serán cautivados por la gloria de un Cristo que mora en el corazón. Y en corrientes de alabanza y acción de gracias procedentes de muchas almas así ganadas para Dios, la gloria refluirá al gran Dador.

«Levántate, resplandece; que ha venido tu lumbre, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti». Isaías 60:1. Este mensaje se da a aquellos que salen al encuentro del Esposo. Cristo viene con poder y grande gloria. Viene con su propia gloria y con la gloria del Padre. Viene con todos los santos ángeles (Palabras de vida del gran Maestro, p. 346).

Elena G.W

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