- mayo 23, 2023
Martes 23 de mayo – UNA CIUDAD LLAMADA CONFUSIÓN
UNA CIUDAD LLAMADA CONFUSIÓN “Pelearán contra el Cordero, pero el Cordero los vencerá, porque es Señor de señores y Rey…
UNA CIUDAD LLAMADA CONFUSIÓN
“Pelearán contra el Cordero, pero el Cordero los vencerá, porque es Señor de señores y Rey de reyes; y los que están con él son llamados, elegidos y fieles” (Apoc. 17:14).
Martes: 23 mayo
UN MISTERIO: LA GRAN BABILONIA
Lee Apocalipsis 17:4 al 6. ¿Qué nos enseñan estos versículos acerca de la naturaleza de este sistema malvado?
Apocalipsis 17:4-6
4 Y la mujer estaba vestida de púrpura y escarlata, y adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas, y tenía en la mano un cáliz de oro lleno de abominaciones y de la inmundicia de su fornicación; 5 y en su frente un nombre escrito, un misterio: BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA. 6 Vi a la mujer ebria de la sangre de los santos, y de la sangre de los mártires de Jesús; y cuando la vi, quedé asombrado con gran asombro.
Como hemos visto, Apocalipsis 17 describe un sistema religioso apóstata que introduce en el cristianismo muchas de las enseñanzas de la Babilonia del Antiguo Testamento.
“Para tratar de entender la naturaleza de Babilonia, necesitamos volver a la primera referencia que se hace de ella en el registro bíblico, en Génesis. Todo comenzó en la llanura de la Tierra de Sinar, una región en la parte sur de Mesopotamia, hoy al sur de Irak, llamada Babilonia. Es allí donde se construyó la Torre de Babel, un símbolo de la autosuficiencia humana, la autopreservación y la independencia de Dios ([Gen.] 11:1-4)” (Á. M. Rodríguez, “The Closing of the Cosmic Conflict: Role of the Three Angels’ Messages”, p. 43).
La Torre de Babel, el sitio de la antigua Babilonia, se construyó en desafío directo a la Palabra de Dios. Los constructores de Babel edificaron este monumento para autoglorificarse, y Dios confundió su idioma. El relato del Génesis dice así: “Por eso fue llamada Babel, porque allí el Señor confundió el lenguaje de toda la Tierra” (Gén. 11:9).
Tan malvado es este sistema que se lo ilustra como “ebri[o] de la sangre de los santos y de los mártires de Jesús” (Apoc. 17:6), imágenes horrorosas del nivel de corrupción de Babilonia (ver también Isa. 49:26).
Básicamente, la Babilonia espiritual representa una religión que se basa en las enseñanzas humanas, que se afirma en las ideas humanas y se apoya en las tradiciones humanas. Es una forma de religión hecha por el hombre, creada, quizá, por líderes religiosos brillantes, si bien humanos, pero se opone al poder del evangelio y de la iglesia que Jesús edificó, una iglesia construida sobre el amor, no la violencia.
El libro de Apocalipsis describe estos dos sistemas de religión. El primero revela confianza total en Jesús y dependencia de su Palabra. El segundo revela confianza en la autoridad humana y dependencia de los maestros religiosos humanos. Uno es una fe cristocéntrica que depende totalmente de la gracia, el sacrificio y la expiación de Cristo para la salvación. El otro es un enfoque humanista de la fe que reemplaza la dependencia total de Cristo para la salvación por una dependencia de las tradiciones de la iglesia.
¿Cómo podemos protegernos de las influencias sutiles de Babilonia, como la tendencia (que es muy común) a depender de nosotros mismos y no plenamente de Dios?
Comentarios Elena G.W
Tan pronto como se repobló la tierra, los hombres reanudaron su hostilidad contra Dios y el cielo. Transmitieron su enemistad a sus descendientes como si la habilidad y los ardides para descarriar a los hombres y perpetuarlos en esa guerra antinatural hubiera sido un legado sagrado.
Esta confederación nació de la rebelión contra Dios. Los moradores de la llanura de Sinar establecieron su reino para su exaltación propia, no para la gloria de Dios. Si hubiesen tenido éxito, hubiera predominado un grandioso poder que hubiera desterrado la justicia e inaugurado una nueva religión. El mundo se habría corrompido. La mezcla de ideas religiosas con teorías erróneas hubiera terminado cerrando la puerta a la paz, la felicidad y la seguridad. Esas hipótesis, esas teorías erróneas, llevadas a cabo y perfeccionadas, habrían apartado las mentes de la lealtad a los estatutos divinos, y la ley de Jehová hubiera sido despreciada y olvidada. Hombres decididos inspirados e instados por el primer gran rebelde habrían resistido todo lo que se interpusiera en sus planes o en su mal proceder. En lugar de los preceptos divinos, habrían puesto leyes urdidas de acuerdo con los deseos de su corazón egoísta, a fin de poder llevar a cabo sus propósitos (Comentarios de Elena G. de White en Comentario bíblico adventista del séptimo día, t. 1, pp. 1105, 1106).
Los que luchan para vencer serán perseguidos por las tentaciones del enemigo. Satanás tratará de que se aparten de los principios que deben mantener, para alcanzar la elevada norma que Dios les ha fijado. El enemigo se regocija cuando puede inducir a las almas a seguir ideas equivocadas, hasta que sus nombres sean borrados del libro de la vida y anotados entre los de los injustos. Solo podremos Vencer en la forma como Cristo lo hizo: Al obedecer de todo corazón cada mandamiento de Dios. La verdadera religión consiste en obedecer todos los mandamientos de Dios.
Toda alma que sea finalmente salvada, debe someter sus propios planes y avanzar por donde Jesús indica. El entendimiento debe ser sometido a Cristo para que lo limpie, lo refine y lo purifique. Eso siempre debe ocurrir cuando recibimos correctamente las enseñanzas de Cristo. ¡Oh, cuánto más íntimamente necesitamos conocerlo! Necesitamos conocer sus propósitos y cumplir su voluntad mientras decimos de todo corazón: «Señor, ¿qué quieres que yo haga?» (Cada día con Dios, p. 320).
Debemos ponernos cada parte de la armadura [celestial], y luego mantenernos firmes. El Señor nos ha honrado eligiéndonos como sus soldados. Luchemos valientemente para él procediendo correctamente en cada transacción. La rectitud en todas las cosas es esencial para el bienestar del alma… Poneos como vuestra coraza esa justicia divinamente protegida que todos tienen el privilegio de llevar. Ella protegerá vuestra vida espiritual.
Si tenemos puesta la armadura celestial, descubriremos que los asaltos del enemigo no tendrán poder sobre nosotros. Nos rodearán ángeles de Dios para protegernos (Comentarios de Elena G. de White en Comentario bíblico adventista del séptimo día, t. 6, p. 1 119).