- mayo 10, 2023
Miércoles 10 de mayo – ADOREN AL CREADOR
ADOREN AL CREADOR “ ‘Señor y Dios, digno eres de recibir gloria, honra y poder; porque tú creaste todas las…
ADOREN AL CREADOR
“ ‘Señor y Dios, digno eres de recibir gloria, honra y poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad fueron creadas y existen’ ” (Apoc. 4:11).
Miércoles: 10 mayo
EVANGELIO, JUICIO, CREACIÓN
Fíjate en el mensaje del primer ángel. Evangelio eterno. Hora del Juicio. Adoren al Creador. Observa cuán estrechamente relacionadas están estas ideas. Cuando estemos delante de nuestro Creador en el Juicio, únicamente el evangelio es lo que nos da alguna esperanza. “Pero ahora, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús; [los que no andan según la carne, sino según el Espíritu]” (Rom. 8:1). Ninguna condenación ahora; y sin duda alguna, tampoco en el Juicio.
El mensaje de Dios como Creador es sumamente crucial para presentar la verdad, especialmente cuando la Evolución, aunque se disfrace de “cristiana”, amenaza con destruir todo el fundamento de la fe cristiana.
Sin embargo, en medio de la embestida del pensamiento evolutivo, Dios ha levantado una iglesia, un pueblo cuyo mismo nombre es un testimonio en contra de la idea de la Evolución, un pueblo que debe proclamar la verdad fundamental de Dios como nuestro Creador y Redentor.
Lee Efesios 3:9; Colosenses 1:13 al 17; Apocalipsis 4:11; y Romanos 5:17 al 19 ¿Qué enseñan estos pasajes acerca de Jesús como Creador y Redentor?
Efesios 3:9
9 y de aclarar a todos cuál sea la dispensación del misterio escondido desde los siglos en Dios, que creó todas las cosas;
Colosenses 1:13-17
13 el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, 14 en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados. 15 Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. 16 Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. 17 Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten;
Apocalipsis 4:11
11 Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas.
Romanos 5:17-19
17 Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia. 18 Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida. 19 Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos.
Fíjate cuán estrechamente ligado está Jesús como Creador a Jesús como Redentor. Desde el momento en que se menoscaba su papel como Creador, como inevitablemente ocurre con la Evolución, su papel como nuestro Redentor también se pone en tela de juicio. Jesús, ¿viene a redimirnos del pecado, de la muerte, del sufrimiento y de la violencia, cuando el pecado, la muerte, el sufrimiento y la violencia son, según enseña la Evolución, los mismos medios por los cuales existe nuestro mundo? Dios, ¿nos redime del mismo proceso que él utilizó para crearnos en el principio? Esa es una mentira peligrosa.
Y lo peor es que la Evolución se burla de la idea misma de la muerte de Jesús en la Cruz. ¿Por qué? Pablo (ver Rom. 5:17-19) vincula inseparablemente la introducción del pecado, por medio de Adán, a la muerte de Jesús. Hay un vínculo directo, entonces, entre Adán y Jesús. Sin embargo, en cualquier modelo evolutivo, ningún Adán sin pecado podría haber introducido la muerte, porque la muerte (millones de años de muerte) en principio era, supuestamente, la fuerza y el poder que se necesitaban para crear a Adán.
Por lo tanto, desde el primer momento la Evolución destruye el fundamento bíblico de la Cruz. En contraste, los adventistas del séptimo día, al llamar al mundo a adorar al Creador, dan un testimonio viviente en contra de este error.
Comentarios Elena G.W
[Al] paso que la Palabra de Dios habla de la humanidad de Cristo cuando estuvo en esta tierra, también habla decididamente de su preexistencia. El Verbo existía como un ser divino, como el eterno Hijo de Dios, en unión y unidad con su Padre. Desde la eternidad era el Mediador del pacto, Aquel en quien todas las naciones de la tierra, tanto judíos como gentiles, habían de ser benditas si lo aceptaban…
El mundo fue hecho por él, «y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho». Juan 1:3. Si Cristo hizo todas las cosas, existió antes de todas las cosas. Las palabras pronunciadas acerca de esto son tan decisivas, que nadie debe quedar en la duda. Cristo era esencialmente Dios y en el sentido más elevado. Era con Dios desde toda la eternidad, Dios sobre todo, bendito para siempre.
El Señor Jesucristo, el divino Hijo de Dios, existió desde la eternidad como una persona distinta, y sin embargo era uno con el Padre. Era la excelsa gloria del cielo. Era el Comandante de las inteligencias celestiales, y el homenaje de adoración de los ángeles era recibido por él con todo derecho (Mensajes selectos, t. 1, pp. 290, 291).
El Redentor del mundo pasó por el mismo terreno donde Adán cayó por haber desobedecido la ley expresa de Jehová; y el unigénito Hijo de Dios vino a nuestro mundo como un hombre, _para revelar al mundo que los seres humanos podían guardar la ley de Dios…
El Hijo de Dios se colocó en lugar del pecador, y caminó por el mismo terreno en donde Adán pecó; y soportó la tentación en el desierto, que era cien veces más fuerte de lo que alguna vez tendría que soportar la raza humana. Jesús resistió las tentaciones de Satanás de la misma manera en que cualquier alma tentada puede resistir, remitiéndolo al registro inspirado, y diciendo: «Escrito está».
Cristo venció como hombre las tentaciones. Cada hombre puede vencer como Cristo venció. El se humilló a sí mismo por nosotros. Fue tentado en todo punto, así como nosotros. Redimió el desgraciado fracaso de la caída de Adán, y fue vencedor, testificando así ante todos los mundos no caídos y ante la humanidad caída, que el hombre podía guardar los mandamientos de Dios por medio del poder divino que el cielo le concedía (Mensajes selectos, t. 3, pp. 153, 154).
Fue en la cruz donde la misericordia y la verdad se encontraron, la justicia y la verdad se besaron. Que cada estudiante y obrero estudien esto una y otra vez, hasta que, al levantar al Salvador crucificado entre nosotros, puedan entregar un mensaje nuevo a la gente. Mostrad que la vida de Cristo revela un carácter infinitamente perfecto. Enseñad que, «a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios». Juan 1:12. Repetidlo una y otra vez. Podemos llegar a ser hijos de Dios, miembros de la familia real, hijos del Rey celestial. Haced saber que quienes aceptan a Jesucristo y mantienen su confianza original, firme hasta el fin, serán herederos de Dios. También serán coherederos con Cristo (Testimonios para la iglesia, t. 6, pp. 66, 67).