Miércoles 2 de julio – EL MISTERIO DEL EVANGELIO

EL MISTERIO DEL EVANGELIO “A aquel que es poderoso para hacer infinitamente más que todo cuanto pedimos o entendemos, por…

 Miércoles 2 de julio – EL MISTERIO DEL EVANGELIO

EL MISTERIO DEL EVANGELIO

“A aquel que es poderoso para hacer infinitamente más que todo cuanto pedimos o entendemos, por el poder que actúa en nosotros; a él sea la gloria en la iglesia y en Cristo Jesús, en todas las generaciones y por los siglos de los siglos. Amén” (Efe. 3:20, 21).

Miércoles: 2 de julio

CRISTO HABITA EN TU CORAZÓN

Compara el pedido de oración anterior de Pablo, Efesios 1:16 al 19, con su súplica en favor de los creyentes en Efesios 3:14 al 19. ¿En qué se asemejan estos dos pedidos?

 

Efesios 1:16-19

16 no ceso de dar gracias por vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis oraciones, 17 para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él, 18 alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, 19 y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza,

 

Efesios 3:14-19

14 Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo, 15 de quien toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra, 16 para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu; 17 para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, 18 seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, 19 y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.

Detrás de las traducciones al español de Efesios 3:14 y 15 hay un importante juego de palabras. Cuando Pablo dice que se inclina ante “el Padre de nuestro Señor Jesucristo, de quien toma nombre toda la familia de los cielos y la tierra”, está explorando la conexión fonética entre la palabra griega para Padre, patēr, y el término griego para familia, patria. En Efesios, Pablo celebra la naturaleza integral del plan de salvación de Dios, que abarca todas las cosas (Efe. 1:9, 10) para siempre (Efe. 1:21). Y aquí afirma que “toda la familia de los cielos y la tierra” pertenece al “Padre”. Toda familia (patria) toma su nombre del Padre (patēr). ¡Esta es una muy buena noticia!

Reflexiona sobre este pensamiento: Tu familia, a pesar de sus imperfecciones y fallas, pertenece a Dios. Tu familia no está en las garras crueles del destino, sino en las manos cariñosas de Dios. Dios ama a las familias imperfectas. Llevan el nombre divino. Llevan la marca de su propiedad.

En Efesios 3:16 al 19, Pablo pide a Dios que conceda a los creyentes una abundante experiencia espiritual marcada por la fortaleza interior mediante la presencia del Espíritu (Efe. 3:16)y la intimidad con Cristo, a quien también describe morando en el interior (Efe. 3:16, 17), y una identidad espiritual estable y segura (“arraigados y fundados en amor”, Efe. 3:17).

Cuando Pablo busca ofrecer alabanzas a Dios por el alcance expansivo de las bendiciones ofrecidas a los creyentes, no incluye tres dimensiones, sino cuatro: “la anchura y la longitud, la profundidad y la altura” (Efe. 3:18). No identifica claramente a qué se aplican estas dimensiones, aunque obviamente describen la gran magnitud de algo importante. Esto deja un rompecabezas interesante para los estudiosos de la Biblia. Estas dimensiones, ¿describen la sabiduría de Dios (comparar con Job 11:5-9, que utiliza cuatro dimensiones); el poder de Dios (comparar con Efe. 3:16, 17); o quizás el templo espiritual de Efesios 2:19 al 22 (comparar con Ezequiel 43:13–16, que utiliza cuatro dimensiones; Amós 7:7, 8; Apoc. 11:1, 2)? Quizá lo mejor sea ver estas cuatro dimensiones como una descripción de la inmensidad del “amor de Cristo” (Efe. 3:18), y considerar que la frase “comprender […] la anchura y la longitud, la profundidad y la altura” (Efe. 3:18) es paralela a la siguiente frase: “Conocer ese amor [de Cristo]” (Efe. 3:19; comparar con Rom. 8:35–39). De cualquier modo que veamos sus palabras, son buenas noticias.

Comentarios Elena G.W

La vida de Pablo fue una vida de actividades intensas y variadas. De ciudad en ciudad, y de país en país, él viajaba, contando la historia de la cruz, ganando conversos para el evangelio y estableciendo iglesias… Pero en toda la atareada actividad de su vida, nunca perdió de vista el gran propósito, el de proseguir hacia el blanco de su alta vocación.

Pablo llevaba consigo la atmósfera del cielo. Todos los que se asociaban con él sentían la influencia de su unión con Cristo. El hecho de que su propia vida ejemplificara la verdad que él proclamaba, daba poder convincente a su predicación. En esto reside la fuerza de la verdad. La influencia natural e inconsciente de una vida santa es el sermón más convincente que pueda predicarse en favor del cristianismo. Los argumentos, aun cuando sean Incontestables, pueden provocar tan solo oposición; mientras que un ejemplo piadoso tiene un poder al cual es imposible resistir completamente (Obreros evangélicos, p. 60).

Es el Cristo que mora en el alma quien nos concede poder espiritual y nos transforma en canales de luz. Mientras más luz tenemos, más les podemos impartir a los que nos rodean. Mientras más cerca vivamos de Jesús, más claros serán los conceptos que obtendremos de su hermosura. Al contemplar su pureza, más claramente discernimos nuestras propias faltas de carácter. Anhelamos asemejarnos a él, ser dotados de la plenitud que mora en él y que resplandece en la perfección de su carácter celestial; y por contemplarlo somos transformados a su imagen…

Nuestros corazones pueden estar colmados de toda la plenitud de Dios… [tomemos la llave de la fe y abramos el almacén de las ricas bendiciones de Dios… Hay una plenitud infinita a la cual acudir; y además tenemos la promesa de nuestro divino Señor: «Conforme a vuestra fe os sea hecho». Mateo 9:29 (Exaltad a Jesús, p. 260).

[P]odéis dedicar toda facultad y capacidad que Dios os ha dado al esfuerzo de comprender el amor y la compasión del Padre celestial; y aun queda su infinidad… La eternidad misma no lo revelará nunca plenamente.

Sin embargo, cuando estudiemos la Biblia y meditemos en la vida de Cristo y el plan de redención, estos grandes temas se revelarán más y más a nuestro entendimiento. Y alcanzaremos la bendición que Pablo deseaba para la iglesia de Efeso, cuando rogó: «El Dios del Señor nuestro Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación para su conocimiento; alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para sepáis cuál sea la esperanza de su vocación, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, y cuál aquella supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos». Efesios 1: 17-19 (Testimonios para la iglesia, t. 5, pp. 691, 692).

Elena G.W

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