Miércoles 23 de agosto – CÓMO CONSEGUIR GANGAS – ANDEN COMO SABIOS

ANDEN COMO SABIOS “Miren con cuidado cómo andan, no como necios, sino como sabios. Aprovechen bien el tiempo, porque los…

 Miércoles 23 de agosto – CÓMO CONSEGUIR GANGAS – ANDEN COMO SABIOS

ANDEN COMO SABIOS

“Miren con cuidado cómo andan, no como necios, sino como sabios. Aprovechen bien el tiempo, porque los días son malos. Por tanto, no sean insensatos, sino entendidos de cuál es la voluntad del Señor” (Efe. 5:15-17).

Miércoles: 23 de agosto

CÓMO CONSEGUIR GANGAS

Pablo concluye Efesios 5:1 al 20 con dos grupos de exhortaciones (Efe. 5:1517; 5:18-20), completando una sección con un interés constante en la pureza sexual. El primer grupo comienza con la exhortación “Miren con cuidado cómo andan, no como necios, sino como sabios” (Efe. 5:15), y lo reitera diciendo: “No sean insensatos, sino entendidos de cuál es la voluntad del Señor” (Efe. 5:17). En el medio hay un llamado a “aprovech[ar] bien el tiempo” (Efe. 5:16).

Considera las exhortaciones de Pablo a vivir de una manera que refleje la sabiduría mediante la oración y el discernimiento (Efe. 5:15–17). ¿Cuál es la diferencia de andar no como necios sino como “sabios”? Además, ¿qué significa “aprovechen bien el tiempo”?

 

Efesios 5:15-17

15 Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, 16 aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. 17 Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor.

En Efesios, Pablo utiliza repetidamente la metáfora común del Antiguo Testamento de “andar” para nuestra manera de vivir (Efe. 2:2, 10; 4:1, 17; 5:2, 8). Aquí utiliza la metáfora para fomentar el discipulado intencional. Así como debes “mirar bien por donde caminas” cuando vas por un camino irregular u oscuro, los creyentes deben “mir[ar] con cuidado cómo andan” (Efe. 5:15). Debido a que existe un paralelismo entre Efesios 5:15 y 5:17, podemos buscar allí una definición de lo que significa vivir como sabios. No buscamos sabiduría en nuestro interior. Ser sabio es ir más allá de nosotros mismos, es ser “entendidos de cuál es la voluntad del Señor” (Efe. 5:17).

Pablo también promueve el discipulado premeditado con una imagen vívida. En la frase “aprovechen bien el tiempo” (Efe. 5:16; comparar con “redimiendo el tiempo”, RVA-2015), Pablo usa el verbo exagorazō (comparar con Col. 4:5). Extraída del mercado, es una forma intensiva del verbo “comprar” y significa “aprovechar las gangas” que se ofrecen mientras esperamos la venida de Cristo. “Tiempo” aquí es la palabra griega kairos, que describe un momento de oportunidad. El “tiempo” hasta el fin es un período prometedor para utilizarlo al máximo. También es un tiempo desafiante, porque “los días son malos” (Efe. 5:16; comparar con Efe. 6:13; Gál. 1:4) y porque “la corriente de este mundo” está dominada por “el príncipe de la potestad del aire” (Efe. 2:2).

Al esperar la venida de Cristo, los creyentes viven en un tiempo difícil, que Pablo describe como un mercado peligroso pero gratificante. Deben prestar mucha atención al uso del tiempo que queda, como los buscadores de gangas durante una venta breve que ofrece grandes descuentos. Aunque no podemos comprar la salvación, la imagen es válida: tomar sin demora lo que se nos ofrece en Cristo.

Comentarios Elena G.W

Cristo vino al mundo para entablar un combate contra el enemigo del hombre, y así libertar a la humanidad de las garras de Satanás. En el cumplimiento de este objetivo, no rehusó ni aun su propia vida. Y ahora, con la fortaleza que Cristo dará, el hombre debe permanecer por sí mismo, como fiel centinela contra el astuto enemigo que siempre urde sus planes. El gran apóstol dijo: Andad «no como necios sino como sabios» (Efesios 5:15), cuidad cada avenida del alma, mirad constantemente a Jesús, el modelo verdadero y perfecto, y procurad imitar su ejemplo, no solo en una o dos cosas, sino en todo. Entonces estaremos preparados para toda emergencia. Aquel cuya mente se deleita en Dios tiene una fuerte defensa. Percibirá rápidamente los peligros que amenazan su vida espiritual, y la sensación de peligro lo llevará a invocar a Dios en busca de ayuda y protección. Aquel cuya mente ama morar en Dios tiene una fuerte defensa. Percibirá rápidamente los peligros que amenazan su vida espiritual, y la sensación de peligro le llevará a invocar a Dios en busca de ayuda y protección (That I May Know Him, p. 240; parcialmente en A fin de conocerle, p. 239).

Si tomamos equivocadamente la sabiduría del hombre por la de Dios, nos extraviará la insensatez de la sabiduría humana. Tal es el gran peligro de muchos… No tienen experiencia propia. No han seguido el hábito de considerar con oración por su cuenta, sin prejuicios, las cuestiones y los temas nuevos que puedan surgir. Esperan para ver lo que piensan otros. El disentimiento ajeno es todo lo que se necesita para convencerlos de que el tema considerado carece de importancia… A menos que se percaten de su carácter vacilante y lo corrijan, se verán todos privados de la vida eterna; no podrán resistir los peligros de los postreros días… No son sabios en las cosas que se relacionan con el reino de Dios… En la experiencia y la lucha cristianas, se necesita una noble independencia (Testimonios para la iglesia, t. 2, p. 118).

[E]l simple conocimiento intelectual, aparte de las grandes verdades que se concentran en Cristo, es como nada. «No se alabe el sabio en su sabiduría… mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra». Jeremías 9:23, 24…

Antes que los hombres puedan ser verdaderamente sabios, deben comprender que dependen de Dios, y deben estar henchidos de su sabiduría. Dios es la fuente tanto del poder intelectual como del espiritual. Los mayores hombres, que han llegado a lo que el mundo considera como admirables alturas de la ciencia, no pueden compararse con el amado Juan o el apóstol Pablo. La más alta norma de virilidad se alcanza cuando se combina el poder intelectual con el espiritual. A los que hacen esto, Dios los aceptará como colaboradores consigo (Consejos para los maestros, pp. 64, 65).

Elena G.W

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *