Miércoles 6 de diciembre – CÓMO PRESENTAR A UN NUEVO DIOS – MISIÓN EN FAVOR DE LOS NO ALCANZADOS: PRIMERA PARTE

MISIÓN EN FAVOR DE LOS NO ALCANZADOS: PRIMERA PARTE “El Dios que hizo el mundo y todo lo que hay…

 Miércoles 6 de diciembre – CÓMO PRESENTAR A UN NUEVO DIOS – MISIÓN EN FAVOR DE LOS NO ALCANZADOS: PRIMERA PARTE

MISIÓN EN FAVOR DE LOS NO ALCANZADOS: PRIMERA PARTE

“El Dios que hizo el mundo y todo lo que hay en él, que es Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas” (Hech. 17:24).

Miércoles: 6 de diciembre

CÓMO PRESENTAR A UN NUEVO DIOS

Una vez que Pablo hubo captado la atención de los pensadores de Atenas, dirigió a su audiencia al Dios del Cielo.

Lee Hechos 17:24 al 27. ¿Qué método adoptó Pablo aquí en un intento de llegar a estas personas?

Hechos 17:24-27

24 El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas, 25 ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo; pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas. 26 Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación; 27 para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle, aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros.

Para un pueblo que se preocupaba lo suficiente por las cosas espirituales como para construir un altar a un dios desconocido, las palabras de Pablo eran intrigantes: un Dios creador que no vive en un templo no necesita nada de los humanos, sino que él suple las necesidades humanas. Para una cultura impregnada de mitología griega, en la que los dioses eran impredecibles, egocéntricos y crueles, la idea de un Dios como el que describía Pablo era un pensamiento maravillosamente intrigante. Y los hombres del Areópago dieron sus primeros pasos hacia un Dios de amor.

El hecho es que este Dios, al que no conocían, ¡se daba a conocer! De hecho, también deseaba que lo conocieran.

Es probable que Pablo haya compartido más conceptos en el Areópago que las pocas palabras que Lucas registró en esta historia. Parece razonable, por cuestiones de espacio, que Lucas se limitara a resumir el discurso de Pablo. Si eso es cierto, entonces probablemente Pablo haya desarrollado en detalle cada uno de los conceptos que hemos leído hasta ahora. Entonces, desglosemos el discurso de Pablo en conceptos:

  1. Primeramente Pablo elogió su actual percepción espiritual y su sinceridad.
  2. Luego, mostró que había estudiado sus creencias y que había encontrado algunas cosas que respetaba entre lo que había aprendido.
  3. A continuación, les habló de una cosa en particular que había descubierto en el estudio de su religión y que ellos admitían que no entendían.
  4. Después de eso, compartió el aspecto de Dios que sabía que necesitaban desesperadamente, que es el hecho de que Dios existe, y que los amaba y no estaba lejos.
  5. Por último, al final de su discurso, Pablo pasó a advertirles lo que significa rechazar el conocimiento de este Dios que aún no conocían.

Pablo los llevó tan lejos como pudo, según lo que sabía que ellos creían. Si pudo guiarlos hasta allí, su progreso fue importante.

Presta atención a la apelación de Pablo al mundo creado y a Dios como Creador (ver también Rom. 1:18-25). ¿Por qué es este un buen método con la mayoría de la gente, al menos para empezar? ¿Qué tiene el mundo creado que señala a Dios con tanta fuerza?

Comentarios Elena G.W

En palabras de incomparable belleza y ternura, el apóstol Pablo presentó a los sabios de Atenas el propósito que Dios había tenido en la creación y distribución de las razas y naciones. Declaró el apóstol: «El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay… de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habitasen sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los términos de la habitación de ellos; para que buscasen a Dios, si en alguna manera, palpando, le hallen». Hechos 17:24-27.

Dios indicó claramente que todo aquel que quiere, puede entrar «en vínculo de concierto». Ezequiel 20:37. Al crear la tierra, quería que fuese habitada por seres cuya existencia resultara de beneficio propio y mutuo, al mismo tiempo que honrara a su Creador. Todos los que quieran pueden identificarse con este propósito. Acerca de ellos se dice: «Este pueblo crie para mí; mis alabanzas publicará». Isaías 43:21 (Profetas y reyes, p. 366).

La verdadera reverencia hacia Dios nos es inspirada por un sentido de su infinita grandeza y un reconocimiento de su presencia. Este sentido del Invisible debe impresionar profundamente todo corazón. La presencia de Dios hace que tanto el lugar como la hora de la oración sean sagrados. Y al manifestar reverencia por nuestra actitud y conducta, se profundiza en nosotros el sentimiento que la inspira. «Santo y temible es su nombre» (Salmo 111:9, VM), declara el salmista. Los ángeles se velan el rostro cuando pronuncian ese nombre. ¡Con qué reverencia debieran pronunciarlo nuestros labios, puesto que somos seres caídos y pecaminosos! (Profetas y reyes, p. 34).

Pablo tenía vivísimos deseos de que se viese y comprendiese la humillación de Cristo. Estaba convencido de que, con tal que se lograse que los hombres considerasen el asombroso sacrificio realizado por la Majestad del cielo, el egoísmo sería desterrado de sus corazones. El apóstol se detiene en un detalle tras otro para que de algún modo alcancemos a darnos cuenta de la admirable condescendencia del Salvador para con los pecadores. Dirige primero el pensamiento a la contemplación del puesto que Cristo ocupaba en el cielo, en el seno de su Padre. Después lo presenta abdicando de su gloria, sometiéndose voluntariamente a las humillantes condiciones de la vida humana, asumiendo las responsabilidades de un siervo, y haciéndose obediente hasta la muerte más ignominiosa, repulsiva y dolorosa: la muerte en la cruz. ¿Podemos contemplar tan admirable manifestación del amor de Dios sin agradecimiento ni amor, y sin un sentimiento profundo de que ya no somos nuestros? A un Maestro como Cristo no debe servírsele impulsado por móviles forzados y egoístas (El ministerio de curación, p. 401).

El amor de Cristo es una cadena áurea que une con el Dios infinito a los seres humanos limitados que creen en Jesucristo. El amor que el Señor tiene por sus hijos supera al entendimiento. Ninguna ciencia puede definirlo o explicarlo. Ninguna sabiduría humana puede sondearlo. Mientras más sintamos la influencia de este amor, más mansos y humildes seremos (Mente, carácter y personalidad, t. 2, p. 833).

Elena G.W

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