Sábado 18 de marzo – LAS RECOMPENSAS DE LA FIDELIDAD

LAS RECOMPENSAS DE LA FIDELIDAD “Su señor le dijo: ‘¡Bien, siervo bueno y fiel! Sobre poco has sido fiel, sobre…

 Sábado 18 de marzo – LAS RECOMPENSAS DE LA FIDELIDAD

LAS RECOMPENSAS DE LA FIDELIDAD

“Su señor le dijo: ‘¡Bien, siervo bueno y fiel! Sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré. Entra en el gozo de tu señor’” (Mat. 25:21).

Sábado: 18 de Marzo

LAS RECOMPENSAS DE LA FIDELIDAD

Aunque nunca podremos ganar la salvación, la Biblia utiliza la esperanza de la recompensa como una motivación para vivir fielmente como receptores indignos de la gracia de Dios, porque en definitiva todo lo que recibimos es, siempre y exclusivamente, por la gracia de Dios.

Como escribió David: “La ley del Señor es perfecta, que restaura el alma. El testimonio del Señor es fiel, que da sabiduría al sencillo. Los mandamientos del Señor son rectos, que alegran el corazón. El precepto del Señor es puro, que alumbra los ojos. El respeto del Señor es puro, que permanece para siempre. Los juicios del Señor son verdad, todos justos. Son más deseables que el oro, más que el oro muy afinado, más dulces que la miel del panal. Además, por medio de ellos tu siervo es instruido. En guardarlos hay grande galardón” (Sal. 19:7–11).

En varios lugares la Biblia habla de nuestras recompensas, lo que se nos promete por medio de Cristo después de la Segunda Venida y una vez que este terrible rodeo con el pecado termine definitivamente.

¿Qué se nos promete y qué seguridad tenemos de obtener lo que se nos ha prometido?

Comentarios Elena G.W

¿Comprenden todos los miembros de la iglesia que todo lo que poseen ha sido dado para que lo usen y aumenten para gloria de Dios? Dios mantiene un registro fiel de cada ser humano en nuestro mundo. Y cuando llega el día del ajuste de cuentas, el mayordomo fiel no se atribuye ningún crédito a sí mismo. No dice: "Mi talento"; sino: "Tu talento ha ganado" otros talentos. El sabe que sin el capital que le fue confiado no habría podido conseguir ningún aumento. Piensa que al haber cumplido fielmente su responsabilidad como mayordomo no ha hecho más que cumplir con su deber. El capital era del Señor, y mediante su poder pudo negociar con él con éxito. Tan solo el nombre del Señor debe ser glorificado. Sin el capital confiado, él sabe que habría estado en bancarrota para la eternidad. La aprobación del Señor la recibe casi como una sorpresa, porque no la espera. Pero Cristo le dice: "Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor". Mateo 25:21 (Consejos sobre mayordomía cristiana, p. 118). Compañeros de peregrinación, estamos todavía entre las sombras y la agitación de las actividades terrenales; pero pronto aparecerá nuestro Salvador para traer liberación y descanso. Contemplemos por la fe el bienaventurado más allá, tal como lo describió la mano de Dios. El que murió por los pecados del mundo está abriendo de par en par las puertas del Paraíso a todos los que creen en él. Pronto habrá terminado la batalla y se habrá ganado la victoria. Pronto veremos a Aquel en quien se cifran nuestras esperanzas de vida eterna. En su presencia las pruebas y los sufrimientos de esta vida resultarán insignificantes. De lo que existió antes "no habrá memoria, ni más vendrá al pensamiento". "No perdáis pues vuestra confianza, que tiene grande remuneración de galardón: porque la paciencia os es necesaria; para que, habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa. Porque aun un poquito, y el que ha de venir vendrá, y no tardará". "Israel es salvo... con salud eterna; no os avergonzaréis, ni os afrentaréis, por todos los siglos". Isaías 65:17; Hebreos 10:35-37; Isaías 45:17 (Profetas y reyes, pp. 540, 541). Vuestra fe en Jesús os brindará fortaleza para el cumplimiento de cada propósito, y le dará consistencia a vuestro carácter. Toda vuestra felicidad, vuestra paz, vuestra alegría y vuestro éxito en esta vida dependen de una fe genuina y confiada en Dios. Esta fe os inspirará a obedecer de verdad los mandamientos de Dios. Vuestro conocimiento de Dios y fe en él es el más poderoso medio de apartaros de toda práctica mala, y es el motivo que inspira todo bien. Creed en Jesús como quien os perdona vuestros pecados, y desea que seáis felices en las mansiones que os ha ido a preparar. Desea que viváis en su presencia, para que tengáis vida. Guardar los mandamientos de Dios tiene una gran recompensa, incluso en esta vida. Nuestra conciencia no nos condena. Nuestros corazones no están en enemistad con Dios, sino en paz con él (Sons and Daughters of God, p. 45; parcialmente en Hijos e hijas de Dios, p. 47).

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