Sábado 2 de diciembre – MISIÓN EN FAVOR DE LOS NO ALCANZADOS: PRIMERA PARTE

MISIÓN EN FAVOR DE LOS NO ALCANZADOS: PRIMERA PARTE “El Dios que hizo el mundo y todo lo que hay…

 Sábado 2 de diciembre – MISIÓN EN FAVOR DE LOS NO ALCANZADOS: PRIMERA PARTE

MISIÓN EN FAVOR DE LOS NO ALCANZADOS: PRIMERA PARTE

“El Dios que hizo el mundo y todo lo que hay en él, que es Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas” (Hech. 17:24).

Sábado: 2 de diciembre

MISIÓN EN FAVOR DE LOS NO ALCANZADOS: PRIMERA PARTE

Al describir lo que Pablo hizo en Atenas, Lucas escribió: “Así, razonaba en la sinagoga con los judíos y con otros piadosos, y en la plaza cada día con los que concurrían” (Hech. 17:17). Naturalmente, Pablo habría estado más cómodo trabajando entre los judíos, su propia carne y sangre. Pero el apóstol se negó a conformarse con trabajar únicamente entre los suyos. Había sido llamado a alcanzar a otros también. O Pablo podría haber trabajado solo con los gentiles “temerosos de Dios”, cuya visión del mundo ya había experimentado un cambio sustancial. Estos tenían una base bíblica sobre la que Pablo podía construir, aunque todavía necesitaran conocer al Dios a quien “temían”: Jesús, el Mesías.

Pero, no. Mientras estuvo en Atenas, una ciudad famosa por su filosofía, Pablo trató de llegar a la gente de allí también, que tenía un trasfondo y una cosmovisión radicalmente diferentes de la de los hebreos y su historia sagrada, que constituía el fundamento de la fe que Pablo quería enseñar a los atenienses.

¿Cómo trató Pablo de llegar a esa gente y qué podemos aprender de sus intentos?

Comentarios Elena G.W

El Señor Jesús considera cada alma con profundo interés. Ha afirmado que las características espirituales de su iglesia deben ser cuidadosamente preservadas. La iglesia está en el mundo y debe trabajar para el mundo…

La verdad debe ser proclamada hoy a toda nación, tribu, lengua y pueblo. Cristo desea que la obra se haga de tal manera que no suscite prejuicio, porque cuando este se manifiesta, algunos no quieren oír la verdad…

Todavía estamos en este mundo, donde existen estas barreras, y debemos trabajar de tal manera que alcancemos a todas las clases sociales. No permitan que los obstáculos presentes destruyan su fe y su confianza en Dios (Cada día con Dios, p. 267).

El apóstol [Pablo] no se engañaba por lo que veía en ese centro del saber [Atenas]. Su naturaleza espiritual estaba tan despierta a los atractivos de las cosas celestiales, que el gozo y la gloria de las riquezas que no perecerán nunca, invalidaban a sus ojos la pompa y el esplendor que lo rodeaban. Al ver la magnificencia de Atenas, comprendía su poder seductor para los amantes del arte y de la ciencia, y quedó profundamente impresionada su mente por la importancia de la obra que tenía por delante…

«Disputaba en la sinagoga con los judíos y religiosos; y en la plaza cada día con los que le ocurrían.» Pero su principal labor era proclamar las nuevas de la salvación a aquellos que no tenían un concepto claro de Dios y de su propósito en favor de la especie caída. El apóstol había de encontrarse pronto con el paganismo en su forma más sutil y seductora (Los hechos de los apóstoles, pp. 190, 191).

[A] menos que los miembros de la iglesia de Dios hoy tengan una relación viva con la fuente de todo crecimiento espiritual, no estarán listos para el tiempo de la siega. A menos que mantengan sus lámparas aparejadas y ardiendo, no recibirán la gracia adicional en tiempo de necesidad especial.

Únicamente los que estén recibiendo constantemente nueva provisión de gracia, tendrán una fuerza proporcional a su necesidad diaria y a su capacidad de emplearla. En vez de esperar algún tiempo futuro en que, mediante el otorgamiento de un poder espiritual especial, sean milagrosamente hechos idóneos para ganar almas, se entregan diariamente a Dios, para que los haga vasos dignos de ser empleados por él. Diariamente están aprovechando las oportunidades de servir que están a su alcance. Diariamente están testificando por el Maestro dondequiera que estén, ora sea en alguna humilde esfera de trabajo o en el hogar, o en un ramo público de utilidad (Los hechos de los apóstoles, p. 45).

Elena G.W

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *