David se sintió angustiado cuando vio que los que una vez parecían haber experimentado el temor de Dios, en la vejez aparentemente estaban abandonados de Dios y expuestos al ridículo de los enemigos del Señor…
David se conmovió profundamente. Se sintió angustiado. Previó el tiempo cuando sería viejo, y temió que Dios lo abandonaría, y que sería tan desventurado como otros ancianos cuya conducta había contemplado, y que sería abandonado al vituperio de los enemigos del Señor. Abrumado por esa preocupación, oró fervorosamente [se cita Sal. 71:9, 17, 19 ]. David sintió la necesidad de ponerse en guardia contra los males propios de la vejez…
Si tuvieran la actitud mental que Dios quiere que tengan, sus últimos días podrían ser los mejores y más felices de su vida. Los que tienen hijos cuya honradez y conducta merecen su confianza, deben permitir que estos administren sus bienes y les den lo necesario para ser felices. A menos que hagan esto, Satanás se aprovechará de su falta de vigor mental y él será quien los administre. Debieran deponer ansiedades y preocupaciones, y ocupar su tiempo en la forma más feliz que puedan, madurando bien para el cielo (Comentarios de Elena G. de White en Comentario bíblico adventista del séptimo día , t. 3, pp. 1166, 1167).
Viven en nuestra tierra quienes han pasado de los noventa años de edad. En su debilidad se ve el resultado natural de la vejez; pero creo en Dios, y Dios los ama. El sello de Dios está sobre ellos, y estarán en el número de quienes ha dicho el Señor: “Bienaventurados… los muertos que mueren en el Señor”. Con Pablo se puede decir: “He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida”. Hay muchos cuyas cabezas encanecidas Dios honra, porque han peleado la buena batalla y guardado la fe (Comentarios de Elena G. de White en Comentario bíblico adventista del séptimo día , t. 7, p. 993).
¡Qué mañana gloriosa será la de la resurrección! ¡Qué maravillosa escena ocurrirá cuando Cristo venga para ser admirado por los que creen! Todos los que participarán de la humillación y los sufrimientos de Cristo también participarán de su gloria. Mediante la resurrección de Cristo, cada santo creyente que duerma en Jesús surgirá triunfante de su prisión. Los santos resucitados proclamarán: “¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? 1 Corintios 15:55 …
Jesús ha triunfado sobre la muerte y ha destruido las cadenas de la tumba, y todos los que duermen en el sepulcro compartirán su victoria; saldrán de sus tumbas tal como salió el Conquistador ( Mensajes selectos , t. 2, p. 310).