Jueves 21 de marzo – CUANDO DIOS NO SE DELEITA EN LOS SACRIFICIOS – ADORACIÓN SIN FIN

ADORACIÓN SIN FIN “Al Señor cantaré en toda mi vida, a mi Dios salmearé mientras viva” (Sal. 104:33). Jueves: 21…

 Jueves 21 de marzo – CUANDO DIOS NO SE DELEITA EN LOS SACRIFICIOS – ADORACIÓN SIN FIN

ADORACIÓN SIN FIN

“Al Señor cantaré en toda mi vida, a mi Dios salmearé mientras viva” (Sal. 104:33).

Jueves: 21 de marzo

CUANDO DIOS NO SE DELEITA EN LOS SACRIFICIOS

Lee Salmos 40:6 al 8; 50:7 al 23; y 51:16 al 19. ¿Qué tema importante abordan estos textos? ¿Por qué Dios no se deleita en los sacrificios que ordenó en su Palabra (Éxo. 20:24)?

 

Salmos 40:6-8

Sacrificio y ofrenda no te agrada; Has abierto mis oídos; Holocausto y expiación no has demandado. Entonces dije: He aquí, vengo; En el rollo del libro está escrito de mí; El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, Y tu ley está en medio de mi corazón.

 

Salmos 50:7-23

Oye, pueblo mío, y hablaré; Escucha, Israel, y testificaré contra ti: Yo soy Dios, el Dios tuyo. No te reprenderé por tus sacrificios, Ni por tus holocaustos, que están continuamente delante de mí. No tomaré de tu casa becerros, Ni machos cabríos de tus apriscos. 10 Porque mía es toda bestia del bosque, Y los millares de animales en los collados. 11 Conozco a todas las aves de los montes, Y todo lo que se mueve en los campos me pertenece. 12 Si yo tuviese hambre, no te lo diría a ti; Porque mío es el mundo y su plenitud. 13 ¿He de comer yo carne de toros, O de beber sangre de machos cabríos? 14 Sacrifica a Dios alabanza, Y paga tus votos al Altísimo; 15 E invócame en el día de la angustia; Te libraré, y tú me honrarás. 16 Pero al malo dijo Dios: ¿Qué tienes tú que hablar de mis leyes, Y que tomar mi pacto en tu boca? 17 Pues tú aborreces la corrección, Y echas a tu espalda mis palabras. 18 Si veías al ladrón, tú corrías con él, Y con los adúlteros era tu parte. 19 Tu boca metías en mal, Y tu lengua componía engaño. 20 Tomabas asiento, y hablabas contra tu hermano; Contra el hijo de tu madre ponías infamia. 21 Estas cosas hiciste, y yo he callado; Pensabas que de cierto sería yo como tú; Pero te reprenderé, y las pondré delante de tus ojos. 22 Entended ahora esto, los que os olvidáis de Dios, No sea que os despedace, y no haya quien os libre. 23 El que sacrifica alabanza me honrará; Y al que ordenare su camino, Le mostraré la salvación de Dios.

 

Salmos 51:16-19

16 Porque no quieres sacrificio, que yo lo daría; No quieres holocausto. 17 Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios. 18 Haz bien con tu benevolencia a Sion; Edifica los muros de Jerusalén. 19 Entonces te agradarán los sacrificios de justicia, El holocausto u ofrenda del todo quemada; Entonces ofrecerán becerros sobre tu altar.

 

Éxodo 20:24

24 Altar de tierra harás para mí, y sacrificarás sobre él tus holocaustos y tus ofrendas de paz, tus ovejas y tus vacas; en todo lugar donde yo hiciere que esté la memoria de mi nombre, vendré a ti y te bendeciré.

Al igual que los profetas, los salmistas denuncian diversos abusos en la adoración. Su principal argumento en estos versículos no es la aversión del Señor por los sacrificios y las fiestas de Israel, sino las razones de esa repugnancia: la fatal distancia entre la adoración y la espiritualidad.

Dios no está reprendiendo a su pueblo por los sacrificios y los holocaustos, sino por su maldad y los actos de injusticia que habían cometido en su vida personal (Sal. 50:8, 17-21). Los salmos no predican en contra del sacrificio ni la adoración, sino contra el sacrificio vano y la adoración vacía, demostrada en la injusticia de estos adoradores.

 Cuando se quiebra la unidad entre la expresión externa de la adoración y la correcta motivación interna para adorar, los rituales suelen ser más importantes en sí mismos que la experiencia real de acercarse a Dios. Es decir, las formas de culto se convierten en un fin en sí mismas, en contraposición al Dios al que se supone que esos rituales señalan y revelan.

Lee Juan 4:23 y 24. ¿Qué quiere decir Jesús aquí que encaja exactamente con lo que advierten los salmos de hoy?

 

Juan 4:23-24

23 Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. 24 Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.

Los sacrificios por sí solos no bastan. ¿De qué servían estos sacrificios si el corazón de quienes los ofrecían no estaba lleno de arrepentimiento, fe y dolor por el pecado? Únicamente si iban acompañados de arrepentimiento y acción de gracias sinceros podían los sacrificios de becerros agradar a Dios como “sacrificios de justicia” (Sal. 51:19; ver también Sal. 50:14). Jesús, citando a Isaías, lo expresó así: “Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí” (Mat. 15:8). Los problemas que veían los salmistas eran los mismos que Jesús les planteó a algunos, especialmente a los dirigentes, durante su ministerio terrenal.

¿Cómo podemos asegurarnos de que nosotros, como adventistas, con toda la luz y el conocimiento que poseemos, no caigamos en la trampa de pensar que es suficiente solo con conocer la verdad y seguir los rituales de la verdad?

Comentarios Elena G.W

Los fariseos procuraban distinguirse por su ceremonial escrupuloso y la ostentación de su culto y caridad. Mostraban su celo por la religión haciendo de ella un tema de discusión. Las disputas entre las sectas opuestas eran vivas y largas, y era frecuente oír en las calles voces de controversia airada entre sabios doctores de la ley.

La vida de Jesús ofrecía un marcado contraste con todo esto. En ella no había disputas ruidosas, ni cultos ostensivos, ni acto alguno realizado para obtener aplausos. Cristo se ocultaba en Dios, y Dios era revelado en el carácter de su Hijo. A esta revelación deseaba Jesús que fuese atraída la atención de la gente, y tributado su homenaje.

El Sol de justicia no apareció sobre el mundo en su esplendor, para deslumbrar los sentidos con su gloria. Escrito está de Cristo: «Como el alba está aparejada su salida». Oseas 6:3. Tranquila y suavemente la luz del día amanece sobre la tierra, despejando las sombras de las tinieblas y despertando el mundo a la vida. Así salió el Sol de justicia «trayendo salud eterna en sus alas». Malaquías 4:2 (El Deseado de todas las gentes, p. 226).

Dios somete a prueba a su pueblo en este mundo. Este es el lugar en el que debe prepararse para comparecer ante su presencia. Aquí en este mundo, en estos últimos días, la gente mostrará cuál es el poder que actúa en sus corazones y controla sus acciones. Si es el poder de la verdad divina, lo conducirá a realizar buenas obras. Elevará al que lo recibe, y le hará tener un corazón noble y ser generoso, como su divino Señor. Pero si los ángeles malignos controlan el corazón, eso se verá en diferentes formas. El fruto será egoísmo, codicia, orgullo y malas pasiones.

El corazón es engañoso sobre todas las cosas, y muy perverso. Los religiosos profesos no están dispuestos a examinarse minuciosamente para ver si están dentro de la fe, y es cosa terrible ver que muchos se apoyan en una esperanza falsa. Algunos se apoyan en una antigua experiencia que tuvieron hace años, pero cuando llegan a este tiempo que exige que se efectúe un examen de conciencia, cuando todos debieran tener una experiencia espiritual diaria, no tienen nada que referir. Al parecer creen que solamente por el hecho de profesar una fe serán salvos. Cuando abandonen los pecados que Dios detesta, Jesús vendrá y cenará con ellos y ellos con él. Entonces obtendrán poder divino de Jesús, y crecerán en él, y podrán decir con santo triunfo: «Gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo». 1 Corintios 15:57. Le agradaría más al Señor si quienes profesan tibiamente la religión nunca hubieran mencionado su nombre. Son un lastre continuo para los que quieren ser fieles seguidores de Jesús. Son piedra de tropiezo para los incrédulos, y los ángeles malignos se regocijan por su conducta, y ellos se burlan de los ángeles de Dios mediante su conducta torcida. Tales personas son una maldición para la causa en este país y en el extranjero. Se aproximan a Dios solamente de labios, mientras su corazón se encuentra lejos de él. agradaría más al Señor si los tibios profesores de religión nunca hubieran mencionado su nombre. Son un lastre continuo para los que quieren ser fieles seguidores de Jesús. Son piedra de tropiezo para los incrédulos, y los ángeles malignos se regocijan por su conducta, y ellos se burlan de los ángeles de Dios mediante su conducta torcida. Tales personas son una maldición para la causa en este país y en el extranjero. Se aproximan a Dios solamente de labios, mientras su corazón se encuentra lejos de él (Testimonios para la iglesia, t. 1, pp. 173, 174).

Elena G.W

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