16 de Diciembre – ¿Flores o espinas? – Un Rayito De Luz Para Cada Día

“Aun así, yo me regocijaré en el Señor, ¡me alegraré en Dios, mi libertador!” (Habacuc 3:18, NVI). Si tuvieras que…

 16 de Diciembre – ¿Flores o espinas? – Un Rayito De Luz Para Cada Día

“Aun así, yo me regocijaré en el Señor, ¡me alegraré en Dios, mi libertador!” (Habacuc 3:18, NVI).

Si tuvieras que elegir entre ver algo lindo y algo feo, ¿que escogerías? ¡La respuesta es más que obvia! En realidad, mi pregunta parece fuera de lugar. Sin embargo, hay muchas personas que viven buscando ver la parte fea de la vida. Tienen los ojos puestos en los errores y los fracasos, en vez de enfocarse en lo bueno y lo hermoso. De las diez cosas lindas que les pueden pasar cada día, ellos se enfocan en la única cosa fea. ¿Conoces personas así?

Un día, Elena de White recibió una carta (de esas que se escribían a mano). En esa carta, una señora le pedía consejos que la animaran porque ella estaba profundamente apenada. Luego de leer la carta, esa misma noche, Elena tuvo un sueño. En su sueño, Elena estaba en un hermoso jardín, rodeada de flores de ricas fragancias y muchos colores. El dueño del jardín la guiaba por un hermoso camino. Mientras caminaba, Elena recogía flores y disfrutaba su fragancia. De pronto, escuchó a alguien murmurar, y al bajar la vista vio a la señora que le había enviado la carta. Ella no iba por el camino siguiendo al guía, sino que caminaba entre espinas. Elena la vio tan afligida y llena de pesar que pensó: “¿Qué cosa tan terrible le pudo hacer pasado?”

Entonces la escena se tornó terrible, no por lo que pasaba afuera sino dentro de ella. En vez de caminar en medio de las flores, la señora decidió caminar en medio de las feas y espinosas plantas que estorbaban el paso. Eso le amargaba la vida, y entre dientes murmuraba: “¡Oh! ¿No es una lástima que este hermoso jardín esté echado a perder por las espinas?”

Entonces el que las guiaba les dijo: “No hagan caso de las espinas, porque ellas solo les molestarán. Recolecten las rosas, los lirios y los claveles” (CC 100). En su libro, Elena continúa con una pregunta inevitable: “¿No ha habido en tu experiencia algunos momentos felices? ¿No has tenido algunas temporadas preciosas en que tu corazón palpitó de gozo en respuesta al Espíritu de Dios?”

Las promesas de Dios son como las hermosas flores del jardín que crecen a cada lado del camino de tu vida. No permitas que las espinas oculten su belleza y fragancia. Llena tu corazón de gozo, y expresa gratitud en vez de quejas y palabras que desaniman. No llenes tu alma de amargura y tristeza. Hoy el versículo nos da el secreto. ¡Hay muchos motivos para agradecer! ¡Alégrate en Dios y busca siempre las flores del camino! Magaly

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