Un padre notó que sus hijos empezaron a tener peleas muy seguido entre ellos. No se ponían de acuerdo en nada y se llevaban muy mal. Cuando uno tenía alguna dificultad, los otros no lo ayudaban. Esto preocupó mucho al padre, y decidió darles una lección. Los llamó al jardín de la casa, donde tenía varias varas amarradas. Todos las miraron con intriga.
–¿Qué es eso, papá? –preguntaron.
Entonces, el padre les preguntó:
–¿Quién de ustedes se atreve a romper todas estas varas juntas?
Uno tras otro se esforzaron y lo intentaron, pero sin ningún resultado. Ninguno pudo conseguirlo. El padre, ante la frustración de sus hijos, desató el nudo, tomó las varas y las partió fácilmente una por una. Les dijo:
–Al igual que estas varas, si todos están unidos nadie podrá vencerlos, pero si están pelados y divididos, si no hay compromiso y lealtad entre ustedes, habrá gente que querrá romperlos haciéndoles mal, y lo logrará.