Miércoles 17 de mayo – EL SÁBADO Y EL FIN

EL SÁBADO Y EL FIN “Y de aclarar a todos la dispensación del misterio escondido desde los siglos en Dios,…

 Miércoles 17 de mayo – EL SÁBADO Y EL FIN

EL SÁBADO Y EL FIN

“Y de aclarar a todos la dispensación del misterio escondido desde los siglos en Dios, quien creó todas las cosas” (Efe. 3:9).

Miércoles: 17 mayo

LA CREACIÓN, EL SÁBADO Y EL TIEMPO DEL FIN

El Gran Conflicto, que comenzó en el Cielo hace milenios, gira en torno a la cuestión de la autoridad de Dios. El desafío continúa siendo el mismo hoy.

Lee Apocalipsis 14:7, 9 y 12. Resume estos versículos completando las oraciones en las siguientes líneas.

 

Apocalipsis 14:7 es un llamado a  ……………………………………………………………

diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas.

 

Apocalipsis 14:9 es un llamado solemne a no  …………………………………………..

Y el tercer ángel los siguió, diciendo a gran voz: Si alguno adora a la bestia y a su imagen, y recibe la marca en su frente o en su mano,

 

Apocalipsis 14:12 describe a un pueblo que  ………………………………………………

12 Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús.

Estos pasajes dejan en claro que el tema central en el conflicto de los últimos días entre el bien y el mal, entre Cristo y Satanás, es la adoración. ¿Adoramos al Creador o a la bestia? Y, debido a que la Creación forma la base de todas nuestras creencias (a fin de cuentas, ¿consideramos que tiene algún sentido creer en algo al margen de Dios como nuestro Creador?), el día de reposo sabático, integrado en el mismo relato del Génesis (Gén. 2:1-3) sobre la Creación, se erige como la señal eterna e inmutable de esa Creación. Es el símbolo más básico de la enseñanza más básica. Lo único aún más fundamental que él es Dios mismo.

Por lo tanto, usurpar el día de reposo sabático es usurpar la autoridad del Señor en el máximo nivel posible, el de Creador. Es ir detrás de todo y arrancarlo de raíz. Por cierto, es intentar ocupar el lugar de Dios mismo (2 Tes. 2:4).

Por supuesto, el verdadero problema de los últimos días es nuestro amor y lealtad a Jesús. Pero, según la Biblia, este amor se expresa en obediencia a los mandamientos (1 Juan 5:3; Apoc. 14:12), y solo el sábado, entre los Diez Mandamientos, respalda todo porque solo este señala a Dios como Creador (Éxo. 20:811). No es de extrañar que sea el símbolo exterior de la separación final entre los que adoran al Señor y los que adoran a la bestia (Apoc. 14:11, 12). En vista de lo básico y fundamental que es el sábado para todo lo demás, es difícil ver que el desafío final de adorar al Creador podría tratarse de cualquier otra cosa.

Muchos argumentan que da igual qué día de reposo guardemos, siempre que guardemos uno. ¿Cómo respondemos a ese argumento con la Biblia?

Comentarios Elena G.W

El hecho de que Dios demande reverencia y adoración por sobre los dioses paganos se funda en que él es el Creador, y que todas las demás criaturas le deben a él su existencia. Así lo presenta la Biblia. Dice el profeta Jeremías: “Jehová Dios es la verdad; él es Dios vivo y Rey eterno: … los dioses que no hicieron los cielos ni la tierra, perezcan de la tierra y de debajo de estos cielos. El que hizo la tierra con su potencia, el que puso en orden el mundo con su saber, y extendió los cielos con su prudencia…. Todo hombre se embrutece y le falta ciencia; avergüéncese de su vaciadizo todo fundidor; porque mentira es su obra de fundición, y no hay espíritu en ellos; vanidad son, obras de escarnios: en el tiempo de su visitación perecerán. No es como ellos la suerte de Jacob: porque él es el Hacedor de todo.” Jeremías 10:10-16.

El sábado, como recordatorio del poder creador de Dios, le señala a él como Hacedor de los cielos y de la tierra. Por lo tanto, es un testimonio perpetuo de su existencia, y un recuerdo de su grandeza, su sabiduría y su amor (Historia de los patriarcas y profetas, pp. 348, 349).

[El sábado es] el único mandamiento del Decálogo que nos dice quién es Dios. Diferencia a Dios de todo otro dios. Dice que el Dios que hizo el cielo y la tierra, el Dios que hizo los árboles y las flores y creó al hombre, es el Dios que debéis presentar a vuestros hijos, y que sólo tenéis que señalarles las flores y decirles que Dios las hizo y descansó en el séptimo día de todas sus labores… El séptimo día es el monumento dado por Dios.

Al señalar a Dios como el Hacedor de los cielos y de la tierra, el sábado distingue al verdadero Dios de todos los falsos dioses. Todos los que guardan el séptimo día demuestran al hacerlo que son adoradores de Jehová. Así el sábado será la señal de lealtad del hombre hacia Dios (Hijos e hijas de Dios, p. 61).

Así como el sábado, la semana se originó al tiempo de la creación, y fue conservada y transmitida a nosotros a través de la historia bíblica. Dios mismo dio la primera semana como modelo de las subsiguientes hasta el fin de los tiempos. Como las demás, consistió en siete días literales. Se emplearon seis días en la obra de la creación; y en el séptimo, Dios reposó y luego bendijo ese día y lo puso aparte como día de descanso para el hombre…

Después de dar el mandamiento… manifiesta la razón por la cual ha de observarse así la semana, recordándonos su propio ejemplo: “Por cuanto el Señor en seis días hizo el cielo, y la tierra, y el mar, y todas las cosas que hay en ellos, y descansó en el día séptimo: por esto bendijo el Señor el día sábado, y le santificó.” Éxodo 20:8-11. Esta razón resulta plausible cuando entendemos que los días de la creación son literales. Los primeros seis días de la semana fueron dados al hombre para su trabajo, porque Dios empleó el mismo período de la primera semana en la obra de la creación. En el día séptimo el hombre ha de abstenerse de trabajar, en memoria del reposo del Creador (Historia de los patriarcas y profetas, p. 102).

Elena G.W

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