Domingo 9 de abril – EL EVANGELIO ETERNO

EL EVANGELIO ETERNO “Entonces vi otro ángel que volaba por el cielo con el evangelio eterno para predicarlo a los…

 Domingo 9 de abril – EL EVANGELIO ETERNO

EL EVANGELIO ETERNO

“Entonces vi otro ángel que volaba por el cielo con el evangelio eterno para predicarlo a los que habitan en la Tierra, a toda nación y tribu, lengua y pueblo” (Apoc. 14:6).

Domingo: 9 de Abril

UN LIBRO DE ESPERANZA LLENO DE GRACIA

Al considerar el último libro de la Biblia, el Apocalipsis, la mayoría no piensa en la gracia de Dios. Cuando contemplan el mensaje de Dios para los últimos días, sus pensamientos a menudo se fijan inmediatamente en las bestias aterradoras, los símbolos místicos y las imágenes extrañas. El libro del Apocalipsis asusta y tranquiliza a muchos por igual; lo que es una pena porque, en realidad, está saturado de gracia y lleno de esperanza. Es decir, aun en medio del mensaje de bestias aterradoras, las advertencias de persecución y los tiempos difíciles que vendrán, Dios todavía así nos da razones para regocijarnos en su salvación.

Lee Apocalipsis 1:1 al 3 y 14:6. ¿Cómo nos hablan estos versículos en conjunto, no solo del libro de Apocalipsis, sino también del “evangelio eterno”?

 

Apocalipsis 1:1-3

1 La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan, que ha dado testimonio de la palabra de Dios, y del testimonio de Jesucristo, y de todas las cosas que ha visto. Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca.

 

Apocalipsis 14:6

Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo,

Todo el Apocalipsis trata acerca de Jesús. Es el mensaje para su pueblo, y especialmente se aplica a la iglesia de los últimos días. Es un mensaje lleno de gracia acerca de nuestra esperanza para el tiempo del fin. De punta a cabo del libro, se describe a Cristo como el Cordero inmolado, y se promete una bendición a quienes lean, entiendan y actúen sobre las verdades reveladas.

Según Apocalipsis 1:5 y 6, Jesús es el que “nos ama y que con su sangre nos libró de nuestros pecados, y nos constituyó en un Reino de sacerdotes para servir a Dios, su Padre”. En Cristo tenemos perdón. La gracia perdona nuestro pasado, empodera nuestro presente y nos ofrece esperanza para el futuro. Es decir, en Cristo nos libramos del castigo y el poder del pecado, y un día pronto nos libraremos de la presencia del pecado. Este es el mensaje del último libro de la Biblia, el Apocalipsis.

Y también es un mensaje urgente, que primeramente se ilustra como un ángel que vuela rápidamente en medio del cielo con el “evangelio eterno”.

¿El evangelio? ¿La salvación por la fe en Cristo? ¿La muerte expiatoria de Cristo en nuestro lugar? ¿La promesa de la vida eterna no por lo que nosotros podamos hacer, sino por lo que Cristo ha hecho por nosotros? ¿Todo esto está al principio del mensaje de los tres ángeles? ¡Exactamente!

No es de extrañar, entonces, que sean mensajes llenos de gracia, llenos de esperanza, y promesas para nosotros como seres quebrantados y sufrientes.

Aunque nos resulte fácil enfocarnos en las bestias y las advertencias de los últimos días que aparecen en el Apocalipsis, ¿cómo podemos aprender a equilibrar todo esto con lo que indudablemente es el mensaje más importante del Apocalipsis: la muerte abnegada de Cristo en nuestro favor?

Comentarios Elena G.W

Al insistirse en esas doctrinas falsas y aparecer diferencias [en la iglesia primitiva], la vista de muchos fue desviada de Jesús, como el autor y consumador de su fe. La discusión de asuntos de doctrina sin importancia, y la contemplación de agradables fábulas de invención humana, ocuparon el tiempo que debiera haberse dedicado a predicar el evangelio… y Satanás parecía estar a punto de dominar a los que decían seguir a Cristo. Fue en esa hora crítica de la historia de la iglesia cuando Juan fue sentenciado al destierro. Nunca antes había necesitado la iglesia su voz como ahora. Casi todos sus anteriores asociados en el ministerio habían sufrido el martirio. El remanente de los creyentes sufría una terrible oposición. Según todas las apariencias, no estaba distante el día cuando los enemigos de la iglesia de Cristo triunfarían. Pero la mano del Señor se movía invisiblemente en las tinieblas. En la providencia de Dios, Juan fue colocado en un lugar donde Cristo podía darle una maravillosa revelación de sí mismo y de la verdad divina para la iluminación de las iglesias. Los enemigos de la verdad confiaban que al mantener a Juan en el destierro, silenciarían para siempre la voz de un fiel testigo de Dios; pero en Patmos, el discípulo recibió un mensaje cuya influencia continuaría fortaleciendo a la iglesia hasta el fin del tiempo (Los hechos de los apóstoles, pp. 463, 464). El libro de Apocalipsis… merece estudio especial. Cada maestro temeroso de Dios debería considerar cómo comprender y presentar más claramente el evangelio que nuestro Salvador en persona vino a dar a conocer a su siervo Juan: «La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto». Apocalipsis 1:1. Nadie debería desanimarse al estudiar el Apocalipsis a causa de sus símbolos aparentemente místicos. «Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada». Santiago 1:5. «Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de la profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca». Apocalipsis 1:3. Cuando se despierte un amor verdadero por la Biblia, y el estudiante empiece a ver cuán vasto es el campo y cuán precioso su tesoro, deseará echar mano de toda oportunidad que se le presente para familiarizarse con la Palabra de Dios (La educación, p. 191). La iglesia histórica de la tierra y la iglesia redimida del cielo tienen su centro en la cruz del Calvario. Este es el tema, este es el canto Cristo el todo y en todo—, en himnos de alabanza que resuenan a través del cielo entonados por millares y millones de redimidos. Todos unen sus voces en este cántico de Moisés y del Cordero. Es un cántico nuevo, porque nunca antes se ha entonado en el Cielo (Testimonios para los ministros, p. 433).

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