• enero 14, 2024

Enero 14 – EL PODER DE LA ORACIÓN – Mi Vida Hoy

TEMA: UNA VIDA CONSAGRADA MI VIDA HOY Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, esto haré. (Juan…

 Enero 14 – EL PODER DE LA ORACIÓN – Mi Vida Hoy

TEMA: UNA VIDA CONSAGRADA

MI VIDA HOY

Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, esto haré. (Juan 14:13)

El no despreciará las peticiones de un corazón humilde y un espíritu contrito. La acción de abrir nuestro corazón ante el Padre celestial, de reconocer que dependemos enteramente de él, la expresión de nuestras necesidades y el homenaje del amor agradecido: esto es verdadera oración. (ST, 01-07-1886)

Los ángeles toman nota de cada oración ferviente y sincera. Deberíamos más bien sacrificar nuestros propios gustos antes que descuidar la comunión con Dios. La mayor pobreza, la más absoluta abnegación de sí mismo con la aprobación divina, valen más que las riquezas, los honores, las comodidades y amistades sin ella. Debemos darnos tiempo para orar. Si nos dejamos absorber por los intereses mundanos, el Señor puede darnos ese tiempo que necesitamos, quitándonos nuestros ídolos, ya sean éstos oro, casas o tierras feraces.

La juventud no se dejaría seducir por el pecado y se negase a entrar en otro camino que en el que pudiera pedir las bendiciones de Dios. Si los portadores del último solemne mensaje para el mundo, rogasen por la bendición de Dios, no con frialdad, indolencia y dejadez, sino con fervor y fe como lo hizo Jacob, encontrarían muchos lugares de que poder decir: —He visto a Dios cara a cara, y fue librada tu vida.” Serían considerados como príncipes en el cielo, con poder para prevalecer sobre Dios y lo, hombres. (CS:680)

La verdadera oración, ofrecida con fe, es potencia para el que ora. La oración, ya se eleve en público, ya se ofrezca sobre el altar de la familia o en secreto, coloca al hombre directamente en presencia de Dios. Mediante la oración constante los jóvenes pueden adquirir principios tan firmes que ni siquiera las tentaciones más arrolladoras los aparten de su fidelidad hacia Dios. (YI, 15-02-1900)

Las victorias más grandes para la iglesia de Cristo o para cada cristiano… son las que se ganan en la sala de audiencia de Dios, cuando la fe angustiada y ferviente se aferra del poderoso brazo de la oración. (PP:181) (19)

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