• febrero 18, 2024

Febrero 18 – BENIGNIDAD – Mi Vida Hoy

TEMA: UNA VIDA LLENA DEL ESPÍRITU MI VIDA HOY Tú me diste asimismo el escudo de tu salud, y tu…

 Febrero 18 – BENIGNIDAD – Mi Vida Hoy

TEMA: UNA VIDA LLENA DEL ESPÍRITU

MI VIDA HOY

Tú me diste asimismo el escudo de tu salud, y tu benignidad me ha acrecentado. (2 Sam. 22:36)

Habéis de reflejar la mansedumbre, la benignidad y el amor de Cristo. (GW:372)

La verdadera benignidad es una joya valiosísima a la vista de Dios  (3T:536)

Nos hace falta un espíritu de benignidad. No podemos vivir como es debido en el seno de la familia sin poseerla. Para dominar a nuestros hijos como se debe, debemos manifestar un espíritu de benignidad, mansedumbre y tolerancia. No desearemos seguramente revelar un espíritu censurador, irritable y regañón. Si les enseñamos a nuestros hijos que deben manifestar benignidad, debemos poseerla nosotros Si queremos que manifiesten un espíritu de amor hacia nosotros, debemos mostrarnos benignos y afectuosos con ellos. Más no es necesario que los padres sean débiles o muestren una tolerancia imprudente. La madre debe ser firme y decidida. Debe ser firme como una roca; no tiene que apartarse de lo que dieta el deber. Sus leyes y reglas se deben obedecer siempre y bajo toda circunstancia; pero debe conseguirlo con benignidad y mansedumbre… Los hijos crecerán y se convertirán en hombres y mujeres temerosos de Dios. (RH, 21-12-1886)

Ningún miembro de la familia puede encerrarse en sí mismo, de modo que los demás no puedan sentir su influencia ni participar de su espíritu. La expresión misma del semblante ejerce influencia para bien o para mal. Su espíritu y palabras, sus acciones y su actitud hacia los demás son inconfundibles… Si está lleno del amor de Cristo, manifestará cortesía, bondad, y afectuosa consideración por los sentimientos de los demás. Además, transmitirá a quienes lo rodean, por medio de sus actos de amor, un sentimiento dulce y grato. Será evidente que está viviendo para gloria de Jesús… Y podrá decirle al Maestro: “Tu benignidad me ha acrecentado”. (YI, 22-05-1893) (55)

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